El 13 de enero de 1986, exactamente a las 09:30 de la mañana, se estrenaba en España una de las telenovelas más recordadas de la segunda mitad de los ochenta, “Los ricos también lloran” y hay que destacar que las telenovelas de larga duración y de procedencia latinoamericana, estaban vetadas entre la gran oferta televisiva de Prado del Rey por si acaso eran un fiasco, que suponía un gran desembolso para que finalmente no tuviera el share deseado.

Uno de los tirones de esta telenovela era porque los espectadores estaban acostumbrados a ver series como Dallas, Dinastía o Falcon Crest, verdaderos escaparates de la vida de los más acaudalados en Estados Unidos, y Los ricos también lloran tenía su propia forma de mostrar la vida de los desahogados económicamente de una manera menos frívola y más cercana a nosotros.

La trama se centraba en Mariana Villareal, interpretada por la popular Verónica Castro, quien era hija de Leonardo, un multimillonario que estaba casado en segundas nupcias con Irma, una mujer ambiciosa que intenta someter a Mariana en todo momento, aunque lo hacía siempre a escondidas de Leonardo.

Veronica Castro era Mariana, la protagonista principal

Una vez fallecido éste, Irma, tras múltiples vejaciones hacia Mariana, acaba por echarla de casa y aquí es donde comenzaba todo. Por su parte, Don Alberto Salvatierra, un rico hacendado, acaba acogiendo a Mariana en su hogar para que ella intente recomenzar de nuevo su vida.

Pero aparece Luis de Parra, amigo íntimo del padre de Mariana, quien le revela que el testamento dejado por el padre revela que ella es la heredera absoluta de todos sus bienes, pero Irma se entera y procurará hacer lo posible para eliminar a su hijastra.

Envidias, mentiras, celos y dosis de mala leche eran algunos de los ingredientes de esta teleserie que amenizó las mañanas de muchos españoles y españolas durante 139 capítulos.