Nos vamos al año 1987 a recordar algunos de los récords Guinness más dispares de los miles que se llevan a cabo durante todos los años, o al menos los que quedan reflejados y validados desde 1950, año en el que nació este libro que ha ido editándose año tras año y que recoge los logros y proezas más extraños e impresionantes.

Hasta 1987 el río “D”, en el estado norteamericano de Oregón, tenía la certificación de ser el río más corto del mundo, contaba con diferentes condiciones según la marea, pero cuando ésta estaba en pleamar el río alcanzaba su “máxima expresión”, tan solo 9,4 metros de longitud y apenas 1 metro de profundidad.

Ese mismo año se celebraba el que fuera reconocido por el Libro Guinness de los Récords como el concierto al aire libre más grande jamás realizado. Y no creáis que eran U2, los Rolling Stones o Michael Jackson por decir algunos, fue la cantante Celia Cruz, que consiguió hacer bailar al unísono a más de 250.000 personas.

El multitudinario concierto de Celia Cruz

1987 también contó con otros récords como el llevado a cabo por un joven ingeniero aeronáutico que hizo un avión de papel con sus manos y usando sus conocimientos sobre la materia hizo que éste volase durante 17,2 segundos sin tener viento a favor ni en contra, aunque ese récord fue batido tiempo después.

Y finalmente, algo insólito, una mujer, que debía aburrirse demasiado, hizo el viaje más largo completado con el freno de mano puesto a los mandos de un Saab 900 el 2 de abril de 1987 cubriendo una distancia de 504 kilómetros, algo que hizo que su flamante automóvil fuese directamente al taller a cambiar todo lo que seguramente quedó irremediablemente dañado.