Hace ya casi 60 años que una pequeña empresa de Northamptonshire, en Inglaterra, ponía a la venta el primer par de un calzado para un tiempo de grandes cambios. Las botas Dr. Martens, las 1460 negras, de 8 agujeros, con una suela especial de caucho y puntera de hierro, salieron al mercado con un precio de sólo 2 libras y se convirtieron en el calzado más habitual entre las clases obreras británicas. Pero fueron dos grandes tendencias musicales, el punk de los 70-80 y el grunge de finales de los 80 y principios de los 90, las que convirtieron a las Dr. Martens en el icono de la moda que han sido y vuelven a ser a día de hoy.

Unas botas que siguen pisando fuerte

Acababa la década de 1970. Sid Vicious cantaba Good Save the Queen a voz en grito llevando un par de Dr. Martens 1460, el mismo tipo de botas que Joe Strummer usaba en 1981 cuando subía a los escenarios para tocar London Calling con su bajo, e idénticas a las que Cyndi Lauper, con su pelo encrespado y sus tutús de colores, llevaba, ya teñidas en varios colores. Incluso uno de los miembros del Club de los Cinco.

Las botas del obrero inglés habían traspasado fronteras y clases sociales y se habían convertido en tendencia: aparecieron botas de colores chillones, a cuadros escoceses… Las cañas se alargaron en algunas ocasiones y desaparecieron en otras, y algunos modelos incorporaron incluso tacones.

No había cultura alternativa en los 80 que no incorporase las Dr. Martens a su manera de entender la moda, y así se mantuvieron hasta bien entrados los años 90, cuando Kurt Cobain, uno de sus últimos adeptos famosos, se suicidó. Por aquél entonces, la estética obrera y militar de las Dr. Martens había cedido ya paso en la moda juvenil a los looks más románticos y coloristas de un neohippismo que identificaba esas botas con la violencia.

No obstante, las Dr. Martens han vuelto, y con fuerza, ya no como un rasgo identificativo de ciertos movimientos, sino estampadas con mil formas y colores, con brillos, purpurina o tacones, y convertidas en un verdadero calzado todoterreno, apto tanto para llevarlo con traje y corbata como para ponérselo con vaqueros o, por supuesto, con minifalda.

Ya no cuestan 2 libras, desgraciadamente, pero el look de los 80 sigue estando a vuestro alcance. Sólo tenéis que decidir con qué llevarlas.