Aunque los orígenes de los cócteles se remontan a principios del siglo XIX, fue en la década de los 80 cuando estas bebidas de colores artificiales se hicieron famosas, especialmente en nuestro país. El motivo era la combinación de notas frutales y azucaradas que tan en buena sintonía se encontraban, y se siguen encontrando, con los lácteos y los licores. De hecho, el cóctel de frutas era uno de los más demandados en discotecas en las que con la entrada te invitaban a una consumición. El cerebrito, el lumumba o la mosca, son también algunos de los más demandados, pero hay muchos más.

El semáforo

Probablemente sea uno de los cócteles más consumidos en los años 80 y uno de los más espectaculares de mirar. Su elaboración era casi un truco de magia que consistía en ir jugando con las densidades de sus ingredientes: licor 43, Pippermint y granadina. Una especie de experimento que terminaba siendo la alegría de toda fiesta. Se podía servir tanto en un vaso de litro, como en uno de tubo e incluso en uno de chupito. Lo único que había que tener en cuenta es que los tres líquidos se debían echar a partes iguales y tener un poco de buen pulso y de paciencia.

Aperol Spritz

Aperol Spritz es un cóctel que ganó mucha popularidad en los 80’s, estaba compuesto por un poco de vino blanco espumoso muy similar al cava y una pequeña cantidad de agua con gas. Se trata de un cóctel perfecto para tomar de aperitivo, especialmente en la actualidad al haberse añadido otra bebida: el Aperol. Esta es una bebida de baja graduación alcohólica que incluye naranja amarga entre otros ingredientes. Tiene que servirse en una copa de vino llena de hielo hasta la mitad para añadir a continuación 30 ml. de cava, una de agua de soda y dos de Aperol. Se mezcla todo bien con ayuda de una cucharilla, se acompaña con una rodaja de naranja y ¡a disfrutar!

Destornillador

Quién ha vivido a tope, o no tanto, la década de los 80 es más que seguro que ha escuchado, e incluso probado y preparado en alguna ocasión, el destornillador. Se trata de un cóctel de muy fácil preparación, motivo por el que ha conseguido perdurar en el tiempo y convertirse en uno de los cócteles más consumidos en todo el mundo, amén de por su sabor. Solamente hay que mezclar 1⁄3 de vodka con 2⁄3 de zumo natural de naranja y el resultado es impresionante.

Vaca verde

Y si hay un cóctel que no faltaba en ninguna fiesta de los años 80 era la vaca verde. Si tienes la edad suficiente seguro que has visto en más de un mueble bar en casa de tus amigos o en la tuya propia, la emblemática botella verde que contenía Peppermit, un licor originario de Francia con sabor a menta y muy aromático. Combinado con leche se conseguía una mezcla de sabor dulce entre mentolada y anisada, con muy poca carga de alcohol y que te refrescaba el aliento en cuanto lo bebías.