Nos vamos a la mitad de los años ochenta donde irrumpía en televisión una de las series que más buenos recuerdos me trae, quizá por mi gran afición a las películas y más del este director que presentaba cada capítulo. Hoy recordamos “Alfred Hitchcock Presenta”.

Aunque verdaderamente esta serie poseía más de 30 años cuando se emitió por TVE, y la gran mayoría de capítulos fueron en blanco y negro, por no decir todos, venía precedida de un tremendo éxito cosechado en la CBS norteamericana donde el genial director o “mago del suspense” como dirían los puristas, hacía una breve presentación de la pequeña historia que le precedía.

Siempre recordaré (y seguro recordaréis) el inicio de cada capítulo con la oronda silueta de Hitchcock reflejada sobre un fondo blanco mientras se iba solapando con su rostro mientras sonaba la Marcha Fúnebre para una Marioneta de Gounod. Posteriormente daba introducción al episodio correspondiente siempre con comentarios irónicos sobre el crimen que sólo el podía hacer.

La clásica imagen del comienzo de cada capítulo

Las historias eran de lo más variadas, y en cierta forma me recuerdan a algo de lo que hablaré en un futuro y que seguro que muchos recordaréis en “Historias de la Cripta”. En cada capítulo se tocaban temas como el asesinato, los raptos, robos y toda clase de maldades que al final de una manera, buena o mala, se acababan solucionando.

Y al finalizar cada episodio, Hitchcock regresaba de nuevo para dar su propia reflexión con su peculiar humor negro que le caracterizaba o para anunciar que el asesino del capitulo había sido detenido; supongo que por la moralidad americana.

Siempre había una moraleja para cada historia

Hay que destacar que aunque el propio Hitchcock presentaba la serie, tan sólo llegó a dirigir poco más de 20 episodios de todos los que se hicieron en tantos años y que también se grababan dos versiones diferentes de la introducción y del final, una versión para los norteamericanos, con chistes sobre los patrocinadores de la serie y otra versión para el resto del mundo, con bromas sobre los americanos, algo que encantaba al famoso genio por aquello de la rivalidad entre británicos y americanos. ¿Os acordáis de esta serie?