En 1988 Charles Chrichton dirigió una de las comedias más recordadas de aquella época y de la que seguro que muchos guardáis un buen recuerdo, se trata de Un pez llamado Wanda, una comedia romántica cuya trama gira en torno al robo en una joyería y las consecuencias que esto conlleva.

La película estaba protagonizada por Tom Georgeson, Jamie Lee Curtis, Kevin Kline, quien obtuvo un Óscar por esta película y Michael Palin, quien se hizo con un BAFTA como mejor actor de reparto. George Thomason es quien planeó el robo junto a su hombre de confianza, Ken Pile. A todo ello se unen la sensual Wanda Gershwitz y un tremendamente torpe sicario, Otto West, quien suele alardear de ser un intelectual pero es un auténtico desastre en todo.

Tras mucho tiempo planeando el robo finalmente se lleva a cabo con éxito aunque Wanda y Otto traicionan a George denunciándolo a la policía pero sin saber que éste había escondido el botín en un lugar secreto, que ya desde el principio no pretendía revelarles.

Uno de los momentos de la película

De esta forma Wanda decide usar sus armas de mujer y seducir al abogado de George, un hombre casado pero completamente insatisfecho. Por su parte Otto opta por hablar con Ken, el hombre de confianza de George, a quien consigue atar y amenazar con comerse su pez tropical llamado Wanda.

George desde la cárcel encarga a Ken que asesine a un testigo, una mujer de edad avanzada dueña de tres perros, pero Ken falla en todos y cada uno de los ataques, matando cada vez a un perro hasta que al final, la dueña muere de un ataque al corazón.

Pues para liar la ya de por sí entrelazada e hilarante trama y cuando todo el mundo corre al aeropuerto tras haber descubierto el lugar donde está el botin, ocurre algo que dará un giro insospechado a toda la historia, pero eso es mejor que lo veáis por vosotros mismos porque es una película de lo más divertida. ¿La recordáis?