Lo reconozco hoy no estoy seguro al 100% de si lo que os traigo fue realmente de los ochenta aunque recuerdo que cuando era peque, y os aseguro que viví de niño la década de los ochenta, lo vi en alguna ocasión pero en su momento debí pensar que era alguno de esos inventos que el loco del barrio (si, cada barrio tiene uno) tenía en su bicicleta.

Con el Walkman era todo genial, podías ir escuchando tus canciones preferidas allá donde fueses, con aquellos auriculares Sony de esponjita naranja, aunque posteriormente fueron evolucionando, pero… ¿qué opciones había además del susodicho aparato?

Lo que nebulosamente recordaba y jamás me atreví a escribir aquí, por miedo a que fuera un producto de mi imaginación o un borroso recuerdo seguramente equivocado, se hizo realidad cuando hablando con un amigo sobre rollos ochenteros me recordó este dispositivo.

Aspecto del aparato en cuestión

Vale ya no me enrollo más y lo presento. Se trata de un cassette para la bicicleta, sí como a los que les gusta ir con el estéreo a tope en el coche, pero de aquella en bici. Se enganchaba al manillar mediante unas abrazaderas y funcionaba a pilas.

De esta forma podías ir tranquilamente escuchando la música del momento a todo volumen, que no sería mucho, mientras ibas con la bicicleta a todo trapo por tu barrio o cualquier otro sitio de la ciudad. ¿Alguno de vosotros recuerda también este curioso aparato?