Pensando sobre qué podía compartir con todos vosotros y vosotras, estimados amigos ochenteros, me vino a la cabeza algo que no nos faltó a casi nadie durante nuestra infancia, bien fuera propia, de un hermano o hermana o incluso prestada por algún primo o buen amiguete, la bicicleta.

Seguro que en más de una ocasión muchos escucharon a sus padres decir: “si apruebas el curso le digo a tu padre que te compre una bicicleta” (cosas de tu madre que después se lavaba las manos cuando llegaba la hora o simplemente se hacía la loca). Cuando oías eso te ibas al cuarto como alma que lleva el demonio para ponerte a estudiar y dar a entender que darías todo por la dichosa bicicleta, que en ocasiones, aunque te despellejases los codos contra el escritorio nunca llegaba por una u otra razón.

¿Cuál era la más famosa de todas en los ochenta? ¿Torrot? ¿Orbea? No, queridos amigos, la más famosa de todas era la BH, una bicicleta, por aquel entonces, hecha de hierro, para fortalecer bien las piernas, sobre todo cuando se subía una cuesta.

Modelo grande y pequeño, toda una macarrada

La marca BH (Beistegui Hermanos) era española y muchos tuvimos la oportunidad de disfrutarla durante nuestra juventud, algo que llenó horas y horas nuestras aburridas tardes, donde cansábamos de dar vueltas a la manzana, hacíamos pequeñas escapadas a otros barrios cercanos o incluso, y a expensas de que en casa nos dieran unos buenos sopapos, nos aventurábamos a descubrir zonas de la ciudad que no sabíamos ni que existían.

Aunque la marca comenzó en el año 1909 y fue la primera bicicleta en ganar la Vuelta a España, no fue hasta finales de los setenta y toda la década de los ochenta cuando tuvo tantísimo éxito entre los jóvenes españoles y después le llegó el turno a la bicicross, la bici de cross que contaba con marchas y una palanca de cambios como si de un coche se tratase y que incluso, doblándole el guardabarros en el sentido en el que giraban las ruedas de tacos, podías obtener un sonido parecido al de una moto, lo que te daba una mayor sensación de libertad.

¿La recordáis?