teletienda
Los años ochenta, especialmente los últimos años de aquella década, fueron un cambio en todos los sentidos. ¿Os acordáis de la teletienda? No fue cosa únicamente de los noventa hasta hoy, a finales de los ochenta ya pudimos verla en televisión.

Además de la teletienda, por aquel entonces se llevaba mucho la compra por catálogo. Posiblemente os acordéis del Círculo de Lectores, el Boletín informativo de Discoplay o Venca, por ejemplo. Estas dos últimas, eran marcas que estaban especializadas en la venta por catálogo.

Todo cambió con la llegada de la Teletienda

En el primer caso, había comerciales que se acercaban a casa y te ofrecían muchas propuestas en su catálogo. En los otros dos, te enviaban el catálogo a casa y desde ahí se hacían los pedidos. Seguro que muchos de vosotros comprasteis muchos productos de aquella forma. Pero todo cambió con la llegada de la teletienda o La tienda en casa como se conoce actualmente.

Ante nosotros se abría un amplio abanico de opciones que nos permitiría comprar prácticamente lo que quisiésemos. Siempre nos sorprendían con productos que no se podían encontrar en el mercado. Pinzas para el dolor, pulseras para el reuma, calefactores, receptores vía satélite… Por aquel entonces, teníamos a nuestra disposición todo un catálogo de productos de lo más variado.

Todo se podía hacer cómodamente por teléfono, sin necesidad de movernos de la comodidad del sofá. Era muy sencillo, veíamos el anuncio y si nos convencía lo que veíamos, se llamaba y se hacía el pedido.

Online, la mejor forma de comprar cualquier producto

Aunque hoy en día se sigue con este sistema, el mercado online es el que más éxito tiene. La rapidez, facilidad y seguridad en las pasarelas de pago tienen la culpa. Comprar productos como los que nos ofrecen en Teletienda Directo está al alcance de todo el mundo.

Una de las grandes ventajas con las que cuenta este sistema es que podremos encontrar miles de productos. Todos ellos ordenados para que nuestra búsqueda sea mucho más fácil y siempre encontremos lo que necesitamos. El proceso es ágil, rápido, seguro y todo lo que compremos lo tendremos en casa en tan solo 24 horas.

Si lo comparamos con las características que nos encontrábamos antes, todo es mucho más rápido. En los ochenta no había muchas personas con tarjeta de crédito, ni tampoco Internet. Lo que se solía hacer en aquellos años era enviar una transferencia bancaria.

Esto solía tardar más de lo que se tardaba hoy en día. Cuando recibían el pago, se hacía el envío y tardaba en llegar dado que tampoco había las agencias de transporte actuales. Entre una cosa y otra, podía tardar una semana en llegar el pedido. También había la opción de agilizarlo un poco más con un pago contra reembolso, aunque no siempre era aceptado.

Todo aquello ha quedado muy atrás en el tiempo. Ahora podemos estar tranquilamente viendo un producto en televisión y tenerlo al día siguiente. Con total comodidad y sin necesidad de movernos de casa.