En la anterior entrada nos habíamos quedado en el segundo enfrentamiento entre Karpov y Kasparov, donde el primero había ganado las cuatro primeras partidas y acabado en tablas las otras cinco, mientras que Kasparov parecía que solamente podía resistir los ataques del maestro soviético.
Tal era el nivel, tanto de uno como de otro, que consiguieron quedar en tablas diecisiete partidas seguidas pero desde ese momento Karpov, a pesar del cansancio mental que eso supondría, le ganó una quinta partida pero tal como os comentaba en la anterior entrada, todo cambio y Kasparov se aprovechó de la situación y todo fue cambiando poco a poco.
La situación era increíble, llevaban cinco meses jugando y estaban por la partida número 48. Quien más acusó el cansancio mental y físico fue Anatoli Karpov quien llegó a perder hasta 10 kilos de peso y tuvo que ser ingresado en varias ocasiones en el hospital, todo lo contrario de lo que sucedía con Gary Kasparov.
Los jueces de la contienda así como el presidente de la Federación Internacional de Ajedrez tomaron la decisión de suspender el encuentro, lo que hizo que Kasparov montase en cólera, lo que hizo que aquí naciese la fama de rebelde de este jugador, porque tuvo que luchar mucho para llegar a ese momento y cuando todo parecía cambiar, le arrebatan la oportunidad.
Aseguró que en el ajedrez había una gran mafia y que si no llega a ser por ello, él hubiera ganado el match, aunque pudo desquitarse un año después, donde en la primera partida del match la comenzó ganando aunque llegó a la última partida con Karpov a solo un punto de desventaja, lo que hizo que la partida tuviera más emoción, pero al final ganó Kasparov por 13 a 11 convirtiéndose así en el campeón más joven de la historia.
