Hoy quiero recordar con todos vosotros a un personaje que fue muy querido por los madrileños gracias a su labor como alcalde de esta, hoy en día, increíble urbe que sorprende a cualquier clase de viajero. Estoy hablando de Enrique Tierno Galván, uno de los políticos madrileños más queridos de todas las épocas.

Voy a permitirme la licencia de saltarme la época en la que fue procesado en el año 1957 y en el 65 expulsado de la Universidad por sus ideologías políticas, lo que hizo que tuviese que ir a Estados Unidos donde sería profesor de la Universidad de Princetown.

Pero volvería a España y tras fundar un partido político consiguió hacerse con la alcaldía de Madrid en las primeras elecciones municipales de la democracia, en 1979 y reelegido en 1983, cargo que ocuparía hasta su fallecimiento el 19 de Enero de 1986, momento en el que toda la ciudad salió a la calle a decir el último adiós a este querido personaje, de trato tan cercano, muy humano y sencillo, con quienes se sentían muy a gusto muchos madrileños.

Imagen del querido Enrique Tierno Galván

Entre el legado que dejó fue la reordenación del mapa administrativo de la ciudad, el cual pasó de 18 a 21 juntas de distrito, la reedificación de diferentes barrios como Orcasitas, Vallecas y Villaverde, zonas donde estaba muy extendido el chabolismo desde hacía años y donde se construyeron bloques de pisos.

Incluso escribió varios libros pero poco a poco supo ganarse el cariño de los madrileños y fue considerado como un alcalde moderno dado que apoyaba fervientemente la conocida como Movida Madrileña, algo que no se esperaría de un político, pero era así, siempre sorprendía y era cercano con todo el mundo.

Cuando se enterró a Enrique Tierno Galván el 21 de enero se contaron por miles los madrileños que se concentraron en las calles para despedirse del que conocían como “viejo profesor” y que tanto había hecho por esta ciudad que le vio nacer y morir.