El doping está de moda desgraciadamente en los deportes, sobre todo en el atletismo y en el ciclismo, dos de las disciplinas deportivas más investigadas dada la gran cantidad de casos que a lo largo de los años se han ido sucediendo, algo que personalmente creo que resta ese toque al espíritu del deporte y al que muchos repudiamos.

Hoy, leyendo la prensa, exactamente una hemeroteca deportiva del día 4 de agosto de 1988 me encontré con una noticia sobre el doping y la inminente celebración de los Juegos Olímpicos de Seúl de 1988 y quiero compartir con vosotros la noticia que aparecía entre las páginas deportivas, donde se hacía hincapié en la transparencia y justicia que habría en este importante evento.

Un equipo de más de 40 personas, asesoradas por varios especialistas extranjeros, se entregará desde el 17 de septiembre a la caza de unas cien sustancias prohibidas en el Centro de Control Antidoping establecido para los J.J.O.O de Seúl”.

Momento del encendido de la llama olímpica

Convencido de que el centro que dirige cuenta con los elementos más sofisticados del mundo en cuanto a análisis de orina y detección de drogas, medicamentos u otros productos químicos, Park Jong-Sei, descarta cualquier intento de engañar a los expertos para conseguir ventaja sobre cualquier otro deportista”.

Nadie, nunca, va a poder confundirnos si ha ingerido alguna sustaia prohibida por el Comité Olímpico Internacional, afirma Park, quien dirige a siete doctores especializados en farmacología y unos 30 investigadores del instituto de Ciencia y Tecnología avanzada de Corea”.

Los Juegos Olímpicos son algo más que la pugna por una medalla, son parte de la defensa del orgullo nacional, y por ello muchos deportistas están dispuestos a arriesgarse por la victoria, aunque sea a base de trucos”.

Finalmente este evento llegó a su fin y la advertencia hecha por Park, no se llegó a cumplir y se dieron casos de doping como el de Ben Johnson o de algún levantador de pesas búlgaro de cuyo nombre no puedo acordarme.