Que sí, que los ochenta estuvieron plagados de cosas verdaderamente absurdas, cosas que realmente funcionaron y otras que más bien parecía que aquella no era su década. Inventos la mar de curiosos que hoy en día nos parecen algo completamente obsoleto y que no usaríamos hoy ni aunque nos pagasen, sobre todo por el miedo al qué dirán, entre otras cosas.

Obvio es que mucha gente, por no decir todo el mundo, ha prescindido del walkman y también del discman (aunque este fue muy posterior) para dejar paso a los reproductores de mp3, mp4 o a los conocidos como teléfonos inteligentes o smartphones, los cuales también gracias a su conexión, nos permiten escuchar la radio.

Pero si nos vamos a los años ochenta seguro que ninguno teníais teléfono móvil, el que más… tenía un walkman con curiosas funciones como autoreverse y ecualizador, pero vamos… el resto teníamos el modelo más básico.

¿Os acordáis de estos auriculares?

Pero si queríamos escuchar la radio teníamos dos alternativas, o hacernos con el transistor de nuestro abuelo, el cual sólo recibía las emisoras de Amplirtud Modulada (AM) o nos hacíamos con unos cascos o auriculares con radio, la última moda y con lo que eramos la envidia de todos nuestros amigos.

Eran, además de un poco feos, bastante incómodos; yo recuerdo que mi abuelo nos regaló uno a mi hermano y otro a mí, de color rojo y azul respectivamente. Tener esto era como ser lo más del barrio, una diadema en cuyo extremo había un par de cajitas con los auriculares y de una de ellas se extendía una antena telescópica para recibir mejor la señal, bien fuera AM o FM.

Era estupendo, podíamos ir escuchando los éxitos mientras jugábamos o dábamos un paseo, pero lo cierto es que mirando hoy aquellos años más bien parecíamos extras sacados de alguna película del espacio de clase Z, pero es igual, lo pasábamos como los indios.

¿Alguno de vosotros tuvo estos auriculares