Volvemos a montarnos en nuestra particular máquina del tiempo y nos trasladamos a 1981, año en el que más hizo furor este juguete llamado CinExin, aunque ya se había comenzado a comercializar varios años atrás. Seguro que muchos de los lectores lo recordarán, sobre todo los que ronden los 35/40 años y lo bien que se lo pasaba uno.

El CinExin era el juguete estrella de aquélla época y todo el mundo quería uno para convertir su propia habitación en un auténtico cine con el que disfrutar de las películas solo o con amigos, y sobre todo si era delante de un buen bocadillo o el tradicional pan con una onza de chocolate de la abuela.

Este juguete era realmente un proyector infantil de películas en formato Súper 8 que en sus orígenes funcionaba a manivela, pudiendo rebobinar hacia delante y hacia atrás en el momento que quisiéramos y también utilizaba pilas para iluminar la bombilla de su interior y en versiones más modernas el movimiento ya era automático, lo que hacía mucho más real la sensación de tener un cine en tu propia casa.

Aspecto del CinExin original

¿Quién no se acuerda de haber visto una película en este juguete? Todos, o casi, los héroes de nuestra infancia tenían su película; Popeye, Charlot, La Pantera Rosa, Mortadelo y Filemón, El Guerrero del Antifaz, las películas del Walt Disney e incluso algunas películas del oeste en blanco y negro. ¿Cuál era el problema? Que las películas no duraban mucho y que su precio era bastante caro.

Pero no importaba, en aquella época los más pequeños se entretenían con cualquier cosa y uno de los juegos más fascinantes que que haya habido y habrá jamás, es la imaginación. Y encerrados en nuestro cuarto con el CinExin y con estas películas, nos trasportábamos a otros mundos donde nosotros éramos los héroes y todo tenia un final feliz.

Hoy en día todo son juegos de ordenador, videoconsolas, televisión y poco a poco se van quedando atrás aquellos juegos de nuestra infancia que en el mundo actual no tienen cabida, pero que siempre es bueno hacer una retrospectiva y darse cuenta que no todo está en el pc, en el mp3 y en el móvil…

¡Cuánto hecho de menos mis ochenta!