Hoy volvemos al mundo del deporte y vamos a recordar a un atleta que nos hizo soñar y nos llevó a la máxima velocidad y los menores cronos jamás vistos en una pista de atletismo, pero fue simplemente eso un sueño que no duró mucho tiempo y que acabó con la carrera deportiva de uno de los velocistas más rápidos de los años ochenta, el canadiense Ben Johnson. En este post vamos a conocer algo más sobre su carrera pero me centraré en los meses anteriores a la gran cita olímpica para conocer como fue el antes, el durante y el después de este personaje de los ochenta.

Ben Johnson, el atleta canadiense

Hace diez años que practico este deporte. Entreno seis días a la semana y cada vez que pienso que alguien toma drogas para ahorrarse todo este trabajo lo considero una auténtica injusticia. Carl Lewis pudo haberlo hecho en el 83 y en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 84 aunque no digo que lo esté haciendo”. Estas fueron algunas de las declaraciones de Ben Johnson, algo muy hipócrita para alguien de quien conocemos su historia.

Así de contundente se mostraba el canadiense además de perlas como “no le tengo miedo y no me gusta nada de él” entre otras cosas. En parte estas declaraciones venían a colación de otras hechas por su eterno rival Carl Lewis, apodado como “El hijo del viento”, donde aseguraba que varios atletas británicos habían fallecido a causa de ingerir sustancias prohibidas. Como se puede comprobar, la enemistad parecía que se salía del terreno estrictamente deportivo.

Pero declaraciones aparte, el objetivo de ambos atletas eran las olimpiadas de Seúl de 1988 y la posibilidad de batir un nuevo récord del mundo. Ben Johnson declaró que haría entre 9”75 y 9”78 como crono y hasta incluso anunció su retirada en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92.

Johnson estuvo muy acostumbrado a ganar

Al día siguiente de hacer estas declaraciones consiguió un crono cercano a su propio récord del mundo de 60 metros lisos (6”45) pero se lesionó, aunque logró la primera plaza de aquella carrera. Ante este acontecimiento tuvo que suspender gran parte de su gira por Europa , lo que no impediría que siguiese soñando con el oro de Seúl.

Pero su sueño aún estaba lejos, y más cuando Carl Lewis realizaba un crono de 10”05 en su segunda carrera del año, con apenas “rodaje” en pista esa temporada, lo que podía presagiar que ese año sería más Carl Lewis que nunca.

En el siguiente post continuaremos conociendo más sobre esta curiosa historia de rivalidad entre estos dos auténticos monstruos del deporte que tanto nos emocionó en aquella época.