Hoy vamos a recordar a uno de los grandes del deporte español, quizá uno de los más recordaros y precisamente no por ser un atleta, aunque llegó a ser internacional como jugador, sino por dirigirlos como entrenador. Estoy hablando de Antonio Díaz Miguel, una auténtica revolución en el mundo del baloncesto y del que a día de hoy, muchos de los entrenadores actuales, han bebido de sus clases magistrales de estrategia y han crecido con los triunfos cosechados por este grande entre los grandes.

Llegó al cargo de la selección española de baloncesto como sustituto temporal del por aquel entonces Pedro Ferrándiz, pero lo de temporal fue una anécdota, dado que continuó durante 27 años en el banquillo dirigiendo a la selección nacional española, desde 1965 hasta 1992, año de las Olimpiadas de Barcelona.

El gran Antonio Díaz Miguel en uno de sus partidos

Antonio Díaz Miguel recibió una beca para abandonar su ciudad natal y estudiar en el Colegio Ramiro de Maeztu de Madrid. Por aquel entonces medía 1,85, una estatura bastante alta para aquella época. Aunque en sus comienzos en el deporte fueron con la intención de jugar al fútbol, personal del Club Estudiantes de baloncesto le tentaron para ingresar en sus filas.

No se lo pensó y así se inició en el baloncesto como alero en aquel equipo de colegio y continuó creciendo tanto física como deportivamente hasta llegar a las filas del Real Madrid. Ya como entrenador dirigió al Club Águilas de Bilbao, al Pallacanestro Cantú de Italia y al Pool Getafe de la Liga Femenina hasta que llegó a la selección española con la que disputaría nada menos que 423 partidos, convirtiéndole en uno de los grandes de la historia del deporte.

Asimismo consiguió traer a España las revolucionarias técnicas que había aprendido durante su estancia en Estados Unidos, que muy pronto le darían resultado y quedarían plasmadas en su gran palmarés como seleccionador donde se encuentran los podios de los Europeos de Barcelona 73 y Nantes 83 y una meritoria cuarta plaza en el Mundial de Cali de 1982. Pero su éxito más importante fue la medalla de plata obtenida en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1984, una de las mayores gestas del deporte de la canasta de nuestro país.

Imágen de archivo de la selección española de baloncesto con Díaz Miguel en el centro

Posteriormente quiso repetir la hazaña de Los Ángeles en los Juegos Olímpicos de Barcelona, pero primero Angola y después Estados Unidos arruinaron las intenciones de Díaz Miguel.

Y desgraciadamente el 21 de febrero del 2000 el cáncer le ganaba el partido decisivo de su vida y dejaba huérfano al baloncesto español, no sin antes convertirse en el único español que ha sido incluido en el Salón de la Fama de Springfield, donde sólo los mejores del mundo de la canasta se encuentran.