Recordando hace unos años cuando era más jovenzuelo me vino a la memoria una temporada en la que tenia la manía de ir al cine todos los días entre semana, a unos antiguos cines que hoy en día se han convertido en una discoteca, otro que forma parte de una cadena de comida rápida y de otros que ya no queda nada más que el recuerdo.

Durante aquella época vi infinidad de películas de las que muchas ya ni recuerdo aunque de otras sí como es el caso que comparto con vosotros hoy. Corría el año 1986 cuando Sylvester Stallone estaba en pleno auge y me decidí a ver una película de esas que uno espera que haya acción a raudales y aunque no fue lo que me esperaba recuerdo que me quedó un buen sabor de boca, a pesar de que no era una película como para ganar un Óscar.

La película en sí se titulaba Yo el halcón y estaba dirigida por Menahem Golam, fundador de la formidable productora Cannon, la cual en sus buenos tiempos llegó a lanzar hasta 20 películas al año y también 50% de otra de las grandes de los años ochenta Golam-Globus.

Una de las escenas de la película

La trama nos presentaba a Lincoln Hawk, un humilde camionero interpretado por Stallone, quien estaba separado de su hijo desde el nacimiento de éste dado que el padre de su exmujer, interpretado por un eterno secundario como Robert Loggia, se las arreglo para separarles.

Ahora, años después, la mujer está agonizando y Hawk será el encargado de recoger a su hijo en la academia militar de Virginia para llevárselo a Denver y ver a su madre, pero su suegro no quiere que llegue y le pondrá todas las trabas posibles.

Este es el trasfondo de esta película de lucha del padre por el amor de su hijo pero la trama principal giraba en torno al deporte de lucha de brazos (pulsos) algo que permitiría a Hawk, en caso de hacerse con el campeonato del mundo, ganar bastante dinero para compartir los sueños con su hijo.

¿Quién no recuerda esta película?