tocando-el-vacio

Hoy, en nuestro viaje a los ochenta, queremos recordar un libro del año 1988 titulado Tocando el vacío, descrito por el montañero Joe Simpson, quien refleja en estas líneas la experiencia real que vivió en 1985 junto a su expedición al Siula Grande, un pico de más de 6.300 metros de altitud en los Andes Peruanos.

La publicación ganó varios premios entre los que destaca el NCR Book Award en el año 1989 y en el año 2003, tuvo su versión en el cine, a modo de documental, bajo el mismo título y dirigida por Kevin MacDonald, ganando un premio BAFTA y el reconocimiento en el Sundance Film Festival.

Simpson y su compañero Yates fueron los primeros en subir a la cima del Siula Grande mediante una de las rutas más difíciles, casi vertical. Después de hacer cima, el descenso fue un desastre, ocurriendo una desgracia tras otra que hizo que peligrase la vida de los dos amigos.

La pesadilla del descenso

En este descenso Simpson resbaló y se rompió la tibia, se les acabó el combustible para el calentador que utilizaban para derretir el hielo y obtener agua potable.

Más adelante, los dos compañeros se ataron entre sí para no perderse, a pesar de la pierna rota de Simpson pero otro infortunio hizo que quedase colgando por la cuerda sobre un barranco mientras su compañero sujetaba todo su peso muerto. Solo pudo aguantar una hora y tuvo que tomar la decisión que tendría que hacer todo montañero, cortar la cuerda.

Mientras su compañero bajaba solo por la montaña, descubrió la grieta por donde había caído su compañero, confirmando que una caída por ese lugar debía haber sido mortal, por lo que prosiguió su descenso, aunque no sabía que Simpson había sobrevivido a la caída gracias a un puente de hielo.

Cuando Simpson volvió en sí y pudo recuperar la soga que tenía atada, descubrió que el extremo estaba cortado, algo lógico que también hubiera hecho él llegado el caso. A pesar de ello y del delicado estado de salud en el que se encontraba, pudo trepar por la pared de hielo para poder llegar a una salida lateral que daba a un glaciar de la montaña.

Después de ello tuvo que pasar tres días sin comida y con pequeños sorbos de agua que conseguía del hielo y llegó al campamento base como pudo, reptando y dejándose caer por las pendientes más sencillas.

Finalmente y a duras penas, pudo llegar al campamento base donde pudo ser tratado y enviado a un hospital donde pudo recuperarse de su rotura y de esta pesadilla que vivió.

Hoy en día, esta vivencia que formó parte de la expedición de Simpson está considerada entre muchos montañistas de todo el mundo como una auténtica leyenda, una historia  que merece ser contada y que refleja el gran espíritu de superación que tuvo para afrontar aquella dura prueba.

Si os gusta la literatura de aventuras, seguro que Tocando el vacío os proporcionará horas de entretenimiento y os mantendrá en vilo desde el inicio hasta el final.