Para la entrada de hoy quiero compartir con vosotros uno de mis juegos preferidos de la primera mitad de los años ochenta, Spy Hunter. Era un juego creado por la compañía Midway que tuvo un gran éxito, tanto que se convirtió en una saga que llegó hasta el año 2001.

Todas las entregas de la saga tienen un nexo de unión, un coche muy especial de color blanco llamado Interceptor. Vehículo que parece sacado de una película de James Bond dado que cuenta con infinidad de armas e incluso poder convertirse en lancha motora o incluso en motocicleta si el coche sufre muchos daños y pierde parte de su carrocería.

El objetivo del juego es ir superando poco a poco diferentes misiones eliminando a todos los enemigos, llegando a determinado lugar acabando la misión en un límite de tiempo o escoltando a algún otro vehículo entre muchas otras misiones. Poco a poco y a medida que vamos avanzando en el juego iremos obteniendo muchas mejoras para el coche como armas y escudos.

Así era la primera entrega del Spy Hunter

No solo la primera entrega sino todas, tienen una trama muy parecida, tras la cual se esconde una corporación llamada Nostra que se dedica a atentar contra la paz mundial para intentar crear una sociedad dominada por una dictadura.

Ante este panorama, la agencia IES (International Espionage Service) se ha puesto en marcha y nos han elegido para hacernos cargo de acabar con los planes de la organización y ponen a nuestra disposición toda su tecnología, con la que se ha fabricado el mejor coche del mundo, el Interceptor.