Hacía cosa de un mes que la había visto y aunque suelo ser persona que en ocasiones repite película, aunque con mucho tiempo entre visionado (puede que años) Shirley Valentine es el título de la película que en principio no me llamaba demasiado la atención, a pesar de ser de 1989 y aunque soy un fanático del tema de los ochenta, no veo todo lo que se hizo en aquellos años.

La vi por primera vez aproximadamente hace un mes, aunque he de confesar que hoy mismo pude volver a verla, aprovechando al máximo todos sus detalles y a pesar de conocer el final y la trama poco a poco me fue enganchando de nuevo porque me pareció una película nada pretenciosa, muy bien llevada, con un papelazo de Pauline Collins (Arriba y Abajo) y una sencillez que convierte a esta película en algo delicioso.

Tom Conti y Pauline Collins en una de las escenas de la película

La película está dirigida por Lewis Gilbert y protagonizada por Pauline Collins, Tom Conti, Alison Steadman y Julia McKenzie entre otros. Trata sobre la situación por la que está pasando Shirley Valentine, un ama de casa de 42 años que tiene una vida completamente aburrida y monótona y quiere olvidarse de todo eso, intentando hacer alguna de las locuras de las que hacía cuando era una adolescente..

Uno de sus deseos es ir a Grecia y pasar unos días de desenfreno, para lo que consigue convencer a su mejor amiga y deja a su marido en casa, aunque al principio pasará por un mar de dudas entre ir y quedarse. Una vez en Grecia conoce a un mujeriego llamado Costas que le hará ver la vida de otra forma.

Obviamente no voy a desgajar más sobre el argumento, aunque si voy a decir que tiene situaciones entrañables e incluso algunas ciertamente alocadas. Sin lugar a dudas una de las películas que recomendaría para ver en cualquier tarde de lluvia y os sintáis nostálgicos, seguro que no os decepcionará.