Tras el gran éxito de “Shinobi”, arcade para las recreativas que seguramente jugasteis en infinidad de ocasiones, en 1989 la compañía japonesa SEGA quiso repetir con otro arcade muy al estilo de su predecesor pero añadiéndole un compañero tan especial como un perro en el juego “Shadow Dancer”.

Este juego tuvo una gran aceptación entre el público gamer de aquella época y las diferentes plataformas que existían en aquel momento. Dependiendo del país donde nos encontrásemos, la trama del juego variaba ligeramente, aunque el objetivo era prácticamente el mismo además de entretener a los jugadores de todo el mundo.

En Shadow Dancer tendríamos que acabar con una misteriosa y peligrosa organización llamada Unión Lizard y para ello contaríamos con nuestro fiel amigo y nuestra arma preferida, que por cierto, también la usábamos en la anterior entrega, las shurikens o estrellas ninja.

Una de las pantallas del Shadow Dancer

Nos encontraremos con muchos de los enemigos de la anterior entrega a quienes tendremos que volver a dar su merecido con ayuda de nuestro cánido amigo, algo que nos simplificará, en principio, la aventura. Además cuando esté herido de gravedad, se convertirá en un pequeño cachorro que volverá a crecer cuando nos hagamos con un ítem de Power Up!, así nunca perderemos a nuestro fiel aliado.

La perspectiva es la misma que en la mayoría de esta clase de juegos, scroll horizontal bidimensional. Cuenta con personajes bien definidos y con animaciones mejoradas respecto a su precuela. Un juego con el que seguro que muchos de vosotros (entre los que me incluyo) habréis gastado un buen número de monedas de “cinco duros”.