En 1986 aparecía en las mejores salas recreativas un juego que a mi modo de ver era algo extraordinario pero que para muchos, y como tónica general te gustaba o lo odiabas, no tenía término medio. La compañía Tecmo lanzó el juego llamado Argus No Senshi, conocido en occidente como Rygar: Legendary Warrior, un título del que muchos de vosotros os acordaréis.

En este juego asumíamos el papel de Rygar, el héroe de la aventura y quien volvería a la vida para proteger a Argool, su tierra, del malvado Ligar, el enemigo final del juego. Y con esto nos teníamos que preparar para superar los 27 niveles de los que constaba el juego y donde tendríamos infinidad, sí, muchísimos enemigos que se cruzarían en nuestro camino para evitar que avancemos en el juego.

El juego era rico en enemigos

Para acabar con todos los enemigos contabamos con un arma verdaderamente espectacular, un escudo unido a una cadena que podíamos lanzar en diferentes direcciones e incluso podemos hacerlo girar para formar una especie de escudo protector. Este arma se vería mejorada con una serie de ítems, algunos de ellos temporales y otros no, pero éstos desaparecían cuando algún enemigo te abatía.

El primero de ellos, la estrella, te permitía lanzar el escudo más lejos; tras la estrella estaba la corona, que podía acabar con más enemigos de un solo golpe; el leopardo mataba a los enemigos cuando saltábamos sobre ellos; la cruz era una protección que te volvía invulnerable durante un corto espacio de tiempo, aunque si caías por un barranco no te protegía y finalmente el último ítem era el sol, por el que podías lanzar el escudo de forma vertical.

Screen del juego

Hay que destacar que en el arcade, desconozco si en otras versiones ocurría lo mismo, a partir del nivel 20 no te permitía continuar la partida, lo que suponía tener que volver a echar otros cinco duros y comenzar desde el principio, pero aún así no nos importaba, eso suponía pasar otro buen rato repartiendo leña entre aquellos malvados bichos.