Para esta entrada quiero recordar con todos vosotros un juego de la calle al que, cuando era un chavalete, solía jugar con mis compañeros de colegio allá por los ochenta. Se llama de diferentes formas pero yo lo conocí como Ojo de buey, cuchillo o tijera. Para jugar se necesitaba un buen grupo de chicos y chicas, aunque siempre me tocó jugar con chicos dado porque todas las niñas pensaban que era un juego de burros (y lo era).

Pues eso, con unos cuantos niños era más que suficiente como para empezar a jugar. Uno de ellos adoptaba el rol de madre, otros que se quedan o apochinan y los que saltan. La madre se apoyaba de pie de espaldas contra la pared y el primer niño que apochina apoyaba su cabeza, con el tronco flexionado, sobre el vientre de la madre.

Los demás niños se ponen en fila y el primero que salta lo hace sobre la espalda del que apochina y hace una figura con los dedos de una mano, haciendo una “o” con los dedos para simbolizar al ojo de buey, el puño cerrado menos el índice estirado para el cuchillo y con dos dedos para la tijera.

Lo sé, no es de los ochenta sino bastante anterior, pero no encontré otra

Cuando salta, la madre pregunta al que apochina ¿Ojo de buey, cuchillo o tijera? y tiene que responder una de las tres cosas. Si el que apochina acierta, éste se libra y el que salta pasa a ocupar su puesto. Si no acierta, sigue apochinando y salta otro chico para repetir el mismo proceso.

Obviamente era un juego en el que se podían hacer muchas perrerías como la de que el que apochinaba siempre era el empollón de la clase o el que peor caía a los demás. Para ello la madre siempre mentía y aunque el que apochinaba acertaba nunca le permitía acertar. En otras ocasiones cuando había dos o tres niños en tren con la madre, eran muchos los que saltaban sobre ellos y demás barbaridades.

Seguro que muchos de vosotros conocéis este juego ¿cómo se llamaba en vuestra zona?