Hace muy poco tiempo nos dejaba una de las cantantes más apreciadas de las últimas décadas, Donna Summer, considerada como la reina del sonido disco y que consiguió hacer bailar y sobre todo sentir a varias generaciones. Hoy ya hay una estrella más en el cielo y que se ha ido, cosa rara últimamente, no por las drogas u otros abusos sino por un mal que desgraciadamente afecta a cada vez más gente, el cáncer.

Ha dejado un lugar irremplazable dentro de la música de baile y también del pop, pero nos deja un extenso legado desde la década de los setenta hasta prácticamente nuestros días. Su nombre real era Ladonna Adrian Gaines, nació en Massachussets el 31 de diciembre de 1948 y su debut en un grupo se remonta al año 1967, año en el que se estrenó como cantante en un grupo llamado The Crow, aunque sus primeros pinitos con el mundo de la canción tuvieron lugar en coro de la iglesia a la que su familia asistía.

En la década de los setenta se vino a Europa a trabajar y se casó en Austria con Helmut Sommer, de quien heredaría y adoptaría su apellido, aunque con una pequeña variación. En 1971 lanzaría su primer sencillo titulado Sally go round the roses. Dos años después comenzaría su affair laboral con alguien que marcaría su carrera para siempre, el productor y DJ Giorgio Moroder, a quien acompañaría también el productor Bill Mellote.

Donna Summer en 1979 durante la entrega de los American Music Awards

Fruto de esa unión laboral surgieron muchos éxitos como The hostage o Love to love yoy baby, una versionaza de más de 17 miuntos con muchos sonidos explícitamente sexuales. Dejando de lado la década de los setenta y sus inicios, que he usado como presentación para esta entrada, vamos a centrarnos en la década de los ochenta, donde en 1980 lanza su disco The wanderer, un trabajo que llegó a situarse entre los más vendidos, convirtiéndose en disco de oro.

En 1982 se separa de Moroder para ponerse bajo la producción de uno de los pesos pesados de la música estadounidense, Quincy Jones, con quien lanzaría su siguiente disco titulado Donna Summer, en el cual estaba un auténtico top 10, Love is in control.

Era un auténtico torrente de energía en cada una de sus actuaciones

Poco después Donna fue notificada que según las cláusulas de su contrato, que tenía por entonces con la discográfica Casablanca, tenía pendiente la grabación de un disco del que salió She works hard for the money, tema que llegó a lo más alto de las listas de ventas y ya en 1989, tras un pequeño paréntesis, volvería a las listas de los más vendidos con This time i knot it’s for real, número uno en muchos países europeos y puesto séptimo en Estados Unidos en las listas de ventas. Atrás quedan otros estupendísimos temas como Last danceBad girls o uno de los que más me gustan de esta cantante, I feel love, con el que revolucionó el sonido de la música de discoteca y de la que tantas y tantas remezclas se han hecho. Descansa en paz Donna.