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Recuerdo como el cine estaba atestado de gente, infinidad de familias con sus hijos para ver la película de aquel año, al menos en cuanto a ciencia ficción se refiere. Fue en el año 1983 y aunque yo era un crío, siempre me quedará en el recuerdo la algarabía que tuvo el cine cuando sonaron los primeros acordes de John Williams, estábamos ante lo que sería una aventura de magnitudes épicas, era el estreno de El retorno del Jedi.

Mucho tiempo había pasado (al menos para mí) desde El imperio contraataca y ansiaba conocer cuál sería el desenlace final entre dos de los personajes que, al igual que a mí, marcaron la infancia de muchos y muchas de mi quinta, Luke Skywalker y el malvado pero siempre enigmático y misteriosamente atrayente Darth Vader.

Tras la gran batalla del mundo helado de Hoth y la congelación de Han Solo en la ciudad volante de Bespin, Luke, Leia, Chewbacca y los dos androides más originales de la ciencia ficción, C3PO y R2D2, se embarcaron en una cruzada no solo para salvar a Solo sino para luchar contra Jabba el Hutt y sus secuaces, así como contra el gran y peligroso cazarecompensas Bobba Fett y cómo no, el imperio.

Es una película de la que no voy a hablar mucho sobre su argumento porque aunque muchos de nosotros ya la hayamos visto hasta la saciedad, seguro que hay mucha gente joven que no ha tenido la oportunidad de verla y disfrutarla. Qué maravilla el ambiente que se consigue en el palacio de Jabba, donde se encuentra Han Solo congelado en carbonita, como regalo del imperio, la gran variedad de de personajes o la milenaria digestión de Rancor.

Tampoco podemos olvidarnos de lo entrañables y valientes que fueron los ewoks en la lucha contra el imperio y todo ese compendio de aventura tras aventura que hizo que como niños nos sintiésemos como si fuésemos parte directa de esta película.

Hoy en día es prácticamente imposible verlo en una sala de cine, pero cuando los buenos le asestaban un golpe a los malos, todos rompíamos a aplaudir, sí, aplaudiendo a una pantalla, algo completamente inútil y hoy en día hasta ridículo, pero dejaba claro que vivíamos el momento con gran avidez y que todos estábamos con los buenos y pasándolo en grande. Sin duda una de las películas de ciencia ficción que marcó mi infancia y que seguro que también la vuestra. ¿La recordáis?