Hoy nos remontamos al año 1985, justo en la mitad de la década y momento en el que se publicaba “El juego de Ender”, novela escrita por Orson Scott Card y que fue galardonada con dos de los premios más famosos dedicados a la ciencia ficción, el Premio Nébula a la mejor novela del 85 y el Premio Hugo a la del 86.

La trama se desarrolla en el año 2070 y los humanos están en guerra con una raza alienígena conocida como insectores, nombre dado por los humanos debido al parecido con insectos. Tras su primer fracaso en su primera invasión los insectores preparan una segunda mucho más poderosa, pero justo antes del inicio de las operaciones el ataque fue detenido por un estratega, Mazer Rackham, lo que momentáneamente salvó a los humanos del exterminio total.

Mientras tanto Ender Wiggin, un niño prodigio estadounidense, es reclutado por la Flota Internacional para ser entrenado y convertido en un líder en la lucha contra los insectores. Este niño es el tercero de tres hermanos, algo prohibido por las leyes internacionales que sólo permiten dos hijos como máximo, pero gracias a que sus hermanos también eran superdotados, sus padres tuvieron un permiso especial, aunque con una condición, que a los seis años volverían a por él para formarle como un verdadero líder, a lo cual los padres acceden.

Carátula original de la novela

Ender siempre ha estado marcado por el temor y la rivalidad con su hermano Peter, quien odia al pequeño por ser mejor que él. Sentimiento que se vería acrecentado cuando el joven Ender asciende de forma meteórica a Comandante de la Escuadra Dragón, donde pulveriza todas las estadísticas y se convierte en un importante personaje.

Mientras Ender sigue cosechando éxitos, sus dos hermanos buscan cambiar la opinión pública mundial, mediante su participación en foros de redes informáticas con dos personalidades fingidas, sobre los planes expansionistas de los Rusos y su posible alianza con las fuerzas invasoras.

Dos historias paralelas y un guiño a esos residuos de la Guerra Fría y la Unión Soviética y a ese tira y afloja de Estados Unidos con el país comunista son el eje vertebrador de esta curiosa novela de Orson Scott Card.