Aunque habían conseguido salvar la pierna de Dimitri Bilozerchev, los doctores no tenían ninguna esperanza en que éste pudiese volver a la gimnasia, al menos a la de élite. El hecho de que pudiese volver a caminar con normalidad lo consideraban ya de por sí un verdadero éxito, pero el gimnasta era testarudo.

Tras pasar dos meses en el hospital, Dimitri regresó a su centro de entrenamiento y a fuerza de constancia y muchísimo entrenamiento, tanto que en algunas ocasiones le ocasionó desmayos a causa del dolor, pudo lograr su primer objetivo, volver a andar. Según contó en declaraciones de aquella época: “sabía que si conseguía caminar, correr y saltar podría volver a practicar gimnasia, aunque mi pierna no volviese a ser la misma”.

Una vez cumplido su primer objetivo comenzó otro muy importante, poder alcanzar los Juegos Olímpicos aunque tendría que esperar hasta 1988 en los Juegos Olímpicos de Seúl, porque como ya os comentamos en las entradas dedicadas a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles de 1984, la URSS a modo de boicot por lo ocurrido en Moscú 1980, impidió que Bilozerchev se presentase.

Dimitri Bilozerchev, una leyenda del deporte

Aquello fue tiempo más que suficiente como para que se preparase, aunque el destino le tenía preparado otro golpe. Durante una competición en barra fija sufrió una caída que le impidió alcanzar el primer puesto en la clasificación individual en 1987 aunque se desquitaría en los Juegos Olímpicos de Seúl de 1988.

En las últimas olimpiadas de la década de los ochenta se hizo con la medalla de honor en potro, anillas e incluso en la competición por equipos, en el resto de categorías quedó por detrás de sus compatriotas Vladimir Artemov y Valery Luikin, pero consiguió hacerse con la medalla de bronce, escribiendo una increíble página en la historia del deporte y que durante estos días hemos recordado en nostalgia80.com.