Para mucha gente la publicidad siempre es un engañabobos pero para otras personas es casi un arte, porque hay que ser un verdadero artista para hacer creer al cliente potencial que realmente necesita lo que uno está ofreciéndole, por lo que siempre hay que innovar en cuanto a anunciar algo se refiere.

Hoy en día se juega mucho con el doble sentido, con la insinuación y con lo bueno que es tener algo que te permita ser más “social” y así poder llegar a cuanta más gente mejor. Eso es hoy, pero lo que ocurría en los ochenta era algo completamente diferente y eso es de lo que trata esta entrada de hoy.

Un ciclomotor era el sueño de todos los afortunados que aprobaban con éxito la EGB o el BUP así como por aquellos que querían sentirse con total libertad yendo de un lado para otro, vamos… que tener una moto te convertía en lo más. Eso era algo que sabían muy bien las compañías de motos y cada poco lanzaban anuncios como este.

Ilustración de aquel anuncio de 1982

Crece con Vale y Vespino. Cada día más alto. Dando respuestas adecuadas a tus necesidades. Ya puedes andar el camino del que depende tu futuro. Construye con fuerza tu sino. Sólo así se llega a una meta. Sólo así se llega a ser un líder

Es tecnología, en ventas, en estética. Crece con Vale y Vespino y dale a tu vida otro ritmo. El que exija tu juventud, tu alegría, tu independencia. Desde tus catorce años goza con Vale y Vespino. Crece con Vale y Vespino.

Antes seguramente que esta clase de anuncios funcionaban a la perfección pero hoy en día, con todo lo que hay en el mercado y la forma tan agresiva de los anuncios… quién sabe si tendría cabida algo así. Sea como sea, las motos siguen siendo uno de los quebraderos de cabeza de muchos padres y madres.