En este viaje en el tiempo vamos a recordar una novela del año 1981 titulada Carretera maldita, del escritor Stephen King, aunque en esta ocasión no lo escribió con su nombre sino bajo el seudónimo que todos conocemos, Richard Bachman.
La trama nos centra en una ciudad sin nombre en Estados Unidos entre los años 1971 y 1974. En esa ciudad se encuentra Barton George Dawes, quien se encuentra haciendo duelo por el fallecimiento de su hijo y apesadumbrado por la rotura de su matrimonio, pero todo iría a peor cuando le llega una carta avisándole de que van a demoler su casa para realizar una autopista por el terreno que ocupa.
Todo comienza con una entrevista realizada a un hombre no identificado, que al final resulta ser Dawes, a quien le preguntan sobre el proyecto de la autopista. La trama nos lleva a varios meses después en el tiempo con el protagonista en una tienda de armas, donde comprará algunas de gran tamaño.
Posteriormente el autor nos revela que el hijo de Dawes falleció de cáncer cerebral y que el protagonista parece que es completamente incapaz de acabar con los lazos emocionales relacionados tanto con el lugar de trabajo y también con el lugar donde creció su querido hijo.
Después continúa con su espiral de fracasos, perdiendo su trabajo en una lavandería industrial. En esta caída en picado visitará una tienda de coches usados regentada por Sal Magliore quien tiene estrechas relaciones con la mafia y a quien le pide explosivos, pero le toma por un loco y lo echa del negocio.
Finalmente Dawes se hace con una gran cantidad de cócteles molotov, que los lanza contra la maquinaria que va a construir la autopista. Finalmente Magliore acepta en darle la dinamita. Toda esta enrevesada entradilla es suficiente como para ponernos en antecedentes sobre lo que podemos encontrarnos en esta novela que tiene un final inesperado.
