La idea de Steven Spielberg en un principio sobre E.T. no era el de crear un ser amigable con esa rara manía de esconderse en los armarios, sino todo lo contrario, quería que el alienígena llegase a la Tierra junto a seres de su misma especie y donde aquel dedo que tenía capacidades curativas se transformaba en un arma capaz de matar a todo aquel que se interpusiese en su camino.

Finalmente el Rey Midas de Hollywood se olvidó de esa idea mientras rodaba otro de sus grandes éxitos, En busca del arca perdida (1981) y decidió convertir al visitante alienígena en un ser cariñoso y que no llegaba a nuestro planeta con malas intenciones.

El director presentó el guión a los conocidos estudios Columbia Pictures, quienes lo rechazaron alegando que en aquellos momentos no había un público para esa clase de películas, a pesar de haber tenido éxito años antes con Encuentros en la Tercera Fase. Donde sí aceptaron el guión fue en Universal Studios y gracias a ello todos ganaron ingentes cantidades de dinero.

Steven Spielberg y E.T. El Extraterrestre

Nadie diría que E.T. El Extraterrestre se convertiría en una de las películas más taquilleras de todos los tiempos. De hecho, el American Film Institute, la cuenta como una de las 100 mejores películas de Hollywood, por delante de cualquier otra película de encuentros con seres de otros planetas.

Para dar vida a E.T., aseguran que se tomó como inspiración las caras de Albert Einstein y los escritores Ernest Hemingway y Carl Sandburg. Digo aseguran porque sobre este personaje hay muchas contrariedades con un dibujante español llamado Joaquín Blázquez, de lo que hablaremos en la siguiente entrada.