Usamos nuestra particular máquina del tiempo y nos trasladamos hasta el 14 de Marzo de 1980, año en el que perdíamos al que cariñosamente llamábamos “el amigo de los animales”, Félix Rodríguez de la Fuente, doctor en medicina y un auténtico apasionado de la flora y fauna de todo el mundo. En sus amplios conocimientos se encontraban la cetrería, el naturalismo y el conocimiento sobre los lobos gracias a su convivencia con ellos.

Cuando cumplió los 18 años inició los estudios de medicina a la par que compaginaba sus salidas al campo para observar la naturaleza. Le llamaban mucho la atención los halcones y se convirtió en un apasionado de la cetrería. Entre estas salidas y la gran influencia que ejerció en él José Antonio Valverde, uno de los artífices del Parque de Doñana, forjarían su auténtica vocación y amor hacia la naturaleza.

Siempre rodeado de sus mejores amigos, los animales

En 1960, ya convertido en un experto en cetrería, viajó hasta Arabia Saudí, portando dos halcones cazadores españoles que el Gobierno regaló al rey árabe. Ya en 1965 hizo sus primeras apariciones en televisión en el programa “Fin de Semana” causando un gran interés en el público gracias a los animales y las curiosidades que contaba sobre ellos.

Gracias a una donación económica del rey de Arabia Saudí y a la colaboración de varios aristócratas, comenzó a producir su primer documental llamado “Señores del espacio”, con un gran éxito. Esto le dio la posibilidad de estudiar en profundidad a los lobos, otro de los animales que más le llamaba la atención.

Poco a poco iba creciendo intelectualmente y se iba convirtiendo en uno de los mejores expertos españoles sobre la fauna. Viajó a África, recorriendo países como Uganda, Somalia, Congo, Tanzania y Kenia, donde realizó sus primeros documentales para Televisión Española y a su vuelta, colaboró con la fundación de la Asociación para la Defensa de la Naturaleza, más conocida como ADENA, para la delegación española del Fondo Mundial para la Vida Salvaje, también conocida como W.W.F y también fue miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Siempre tomando apuntes de todo lo que le rodeaba

En 1974 se mete de lleno en su proyecto más ambicioso “El hombre y la tierra” en sus tres series: venezolana, ibérica y canadiense. Una serie que cosechó infinidad de éxitos y galardones dado su excelente trabajo. Trabajo que se vería truncado en un triste 14 de marzo de 1980 cuando se encontraba filmando un episodio de la serie canadiense, exactamente una carrera de perros esquimales.

La avioneta donde viajaba con parte del equipo cayó en picado y falleció el mismo día de su cumpleaños a la edad de 52 años. Este triste acontecimiento conmocionó al mundo entero, las portadas de los periódicos se llenaron de recuerdos y agradecimientos a tan ilustre personaje de los ochenta.

Hoy tenemos un importante legado en todas sus producciones audiovisuales, que seguramente no sean grabadas ni editadas con los medios que hay en día, pero que han sido realizadas de todo corazón para dar a conocer la flora y fauna de todo el mundo.