Los vídeos corporativos llevan con nosotros un gran número de años, pero han cambiado mucho desde los ochenta. Los cambios en la grabación de vídeos se notan mucho en comparación con lo que podemos encontrar hoy en día.

Posiblemente, muchos de los que estéis leyendo este artículo, no recordéis un formato llamado U-matic. Fue un formato profesional nacido en el año 1969 y que fue muy utilizado hasta mediados de los ochenta.

Muchos profesionales de la época cargaban con una cámara al hombro conectada a un magnetoscopio portable No era un equipo ligero, pero era lo que había por aquel entonces. Sus cintas eran bastante grandes y aparatosas, con una duración de 22 minutos. Había otras que tenían una duración de 75 minutos que permitían directamente la edición en el estudio.

Modulaba señal de vídeo analógica PAL, SECAM o NTSC y su resolución horizontal no era superior a los 260 puntos/línea. Posteriormente se mejoró con el BVU y el BVU Sp, aunque en 1982 llegó el Betacam. Este nuevo formato mejoraría notablemente las grabaciones

1982, la llegada del formato Betacam al vídeo

El formato Betacam revolucionó el sistema de grabación de vídeo gracias a su excelente calidad. De hecho, hasta principios de los 2000 o incluso más adelante, se continuó utilizando, aunque había muchas opciones más.

Este formato usaba cintas magnéticas que eran iguales que el formato doméstico, Betamax. Una característica de las cintas vírgenes Betacam es que se podían utilizar en magnetoscopios Betacam o Betamax.

En este caso, hay que recordar que  grababa una señal de vídeo compuesto. Lo mismo que hacía la U-matic, VHS o las de formato C, pero Betacam usaba señal por componentes. Contaba con más velocidad de paso de cinta, brindando una mejor calidad de audio y vídeo.

Las cintas L-750 permitían unas 3 horas de grabación en Betamax, pero solo 30 minutos en Betacam. En cambio, la calidad era muy superior, siendo un formato muy usado a nivel profesional. Así fue durante gran parte de los ochenta y también noventa.

Tuvo su evolución lógica con el Betacam Digital, otro formato muy utilizado a nivel profesional. De hecho, muchas televisiones, incluso a finales de la década del 2000, todavía seguían utilizando este formato. A pesar de ello parece que fue un formato de transición hacia XDCAM o a DV entre otros formatos.

La llegada del formato DV

Aunque el Betacam Digital estaba teniendo un gran éxito aparecerían otros formatos como el DV en 1996. Fue desarrollado como formato digital de vídeo para entornos industriales. Tuvo tanto éxito que no tardó en tener su réplica como formato Mini-DV para uso doméstico.

De su evolución lógica salieron versiones profesionales como DVCAM y DVCPRO, formatos muy utilizados en vídeos profesionales.

Con el paso del tiempo fueron llegando otros formatos como  HD, Full HD o la última tendencia, 4K. Gracias a este formato, se puede rescalar sin perder calidad. Es un formato ideal para vídeos corporativos y si se le une una buena postproducción, se pueden conseguir auténticas obras de arte.