Hoy regreso al mundo del motor con un coche que a mí, personalmente me encanta, no solo este modelo sino todos los de la marca italiana De Tomaso. En esta ocasión recordaremos juntos uno de los modelos más longevos de este autofabricante de tanto éxito entre los amantes de los automóviles de todo el mundo.

El coche que vamos a recordar es el De Tomaso Longchamp, un coupé de dos puertas que estaba basado en otro modelo anterior, el Deauville, el cual junto a este Longchamp fueron los únicos coches que tenían motor en la parte delantera que salieron de la fábrica italiana.

Es un coche bastante longevo y aunque haya pasado por un par de décadas también merece que le recordemos desde los ochenta. Su presentación fue en el Salón Automovilístico de Turín en 1972, su evolución, la versión GTS se presentó en el mismo salón pero en 1980 así como la versión cabrio, pero la GTS era la que más llamaba la atención.

Impresionante aspecto del Longchamp

El Longchamp fue diseñado por Tom Tjaarda de Ghia y tenía claras reminiscencias de un modelo bastante curioso, el Lancia Marica. Tuvo una motorización verdaderamente asombrosa, montando un motor Ford Cleveland V8 con 330 caballos de potencia que podían dar al Longchamp una velocidad máxima de 240Km/h.

La suspensión era independiente y el eje bastante ancho, como las ruedas, sobre todo las traseras, lo que daba una gran estabilidad a este modelo que también contaba con un interior bastante lujoso, con tapicería de cuero y muchos detalles que hacían de este modelo algo bastante exclusivo.

Tan exclusivo como su producción, la cual fue solo de 409 unidades, siendo estas 395 coupés y 14 spiders y cuya producción se alargó hasta 1989. Con tal poca cantidad de unidades y tan repartidas por el mundo es muy poco frecuente encontrarse con uno de estos, pero si tenéis la oportunidad y os gustan los coches os quedaréis asombrados con todo lo que contaba este automóvil que vivió también nuestra década favorita.