En los años 80 en España se produjeron muchos cambios en muchos aspectos, entre los que esta la automoción. Con la llegada de esta década, los coches fueron cambiando poco a poco. Uno de ellos era el Citroën BX, el cual ha cumplido 35 años, una auténtica revolución en la carretera.

Citroën BX, la revolución de los 80

Fue un coche revolucionario en cuanto a muchos aspectos, como su tecnología y diseño. Lo que buscaba la firma francesa era un modelo para sustituir al GSA que  aportase novedad. Quisieron conectar con las principales necesidades de las personas, pero que mantuviera su total estilo.

Con el Citroën BX lo consiguieron, crearon una verdadera revolución gracias a sus características. Muchas prestaciones, un gran confort y un formidable comportamiento en carretera, inclusive en los viajes largos.

Su presentación se hizo a bombo y platillo en el Salón del Automóvil de París. Se pusieron en marcha las maneras más originales de promocionar el coche. Se colocó una gran caja de madera suspendida del primer piso de la Torre Eiffel.

Fue en septiembre de 1982 y en la caja se anunciaba: «El nuevo Citroën». Esto consiguió generar una gran expectación que consiguió captar la atención del público. Pero lo más impresionante es que cada día que pasaba, la caja iba bajando un poco más hacia el suelo.

Una semana después, la prensa se agolpaba frente al conocido monumento parisino para conocer el nuevo Citroën BX. Lo que más llamó la atención fueron sus líneas rectas. Era todo un derroche futurista, muy diferentes a los que habíamos estado acostumbrados a ver.

Diseñado por un ingeniero de Bertone

El diseño corrió a cargo de Marcello Gandini, diseñador de Bertone, autor de muchos modelos deportivos italianos de los años 70. Esta colaboración continuó durante los 80 y 90, con diferentes modelos de la firma francesa. En 1984 se convirtió en uno de los principales coches del año. Las versiones diesel fueron muy apreciadas por los conductores. Su precio medio era de 1.153.000 pesetas.

El Citroën BX se convirtió en uno de los vehículos con más confort y prestaciones de aquellos años. En cuanto a su suspensión, este modelo bebía del famoso Palas, suspensión hidroneumática. Ésta proporcionaba un fantástico comportamiento en carretera.

A ello había que sumar las muchas motorizaciones disponibles, lo que atrajo a muchos compradores. Uno de los modelos más interesantes fue lanzado en 1988, la versión GTi con motor de 16 válvulas. Contaba con una potencia de 160 caballos, lo que le permitiría alcanzar los 218 kilómetros por hora de velocidad punta.

Sus prestaciones convencieron a la Policía Nacional, que lo eligió como sus coche patrulla (Coche Z). Esto fue algo que se mantuvo durante al menos 10 años, aunque finalmente fue sustituido por otros modelos.

¿Os acordáis de este modelo?