Volvemos a los deportes y nos vamos a recordar a uno de los grandes de los años ochenta y nunca mejor dicho porque eran 2,20m lo que medía este gigante ucraniano siempre bajo la disciplina del baloncesto de la extinta Unión Soviética. Seguro que muchos de vosotros lo recordáis, Vladimir Tkachenko.

Era un pivot de la selección de baloncesto soviética durante gran parte de la década de los ochenta, aunque ya era una estrella en la década anterior, donde venía de proclamarse como mejor jugador de Europa en 1979. Además de por su altura e increíble físico era recordado por sus movimientos más bien lentos, por su carisma, su frondoso y característico bigote y sobre todo su fair-play o juego limpio, algo de lo que hizo gala durante toda su carrera deportiva, siendo siempre un verdadero caballero tanto dentro como fuera de la cancha.

Tkachenko en el centro de la imagen

Vladimir Tkachenko nació en Ucrania en 1957, cuando tenía 12 años medía 1,90 y aunque su sueño siempre fue ser futbolista, se decantó por el baloncesto, aprovechando su portentosa altura y su excepcional capacidad reboteadora. Debutó con la selección de la Unión Soviética cuando contaba con tan solo 16 años y su primera competición internacional fue nada menos que en los Juegos Olímpicos de Montreal de 1976.

En esta competición la selección roja quedó en tercera posición consiguiendo el tercero de los metales tras perder en semifinales contra la poderosa selección de Yugoslavia y ganar frente a los canadienses en la lucha por la tercera plaza que daba paso al podium.

Juan Antonio Corbalán y Vladimir Tkachenko

Aunque Tkachenko no era muy rápido su entrenador supo aprovechar de el sus cualidades, sobre todo la de reboteador, ganándose el sobrenombre de “el Zar de los rebotes”. Fue un jugador realmente inolvidable, sobre todo para todo aquel que tenía que enfrentarse a el en la zona de debajo de la canasta, dado que entre su altura, su corpulencia y su cara dominada por un gran bigote solía intimidar mucho, sino que se lo pregunten a Giannakis, quien en un encuentro del europeo de 1987 se las tuvo que ver con el y casi acaba lesionado, Tkachenko era un auténtico muro.

En nuestro siguiente post continuaremos conociendo más cosas sobre este gigantón ucraniano que militó también en España durante unas temporadas y que suele venir bastante al país de la piel de todo porque lo considera como una segunda casa.