Se podría decir que el terror es un género que cinematográficamente ha sido un poco maltratado por la gran pantalla porque se hicieron productos verdaderamente malos aunque ahora hay películas verdaderamente buenas, pero en los ochenta eran muy diferentes las cosas y algún que otro producto se puede rescatar de nuestra década, como por ejemplo la película de la que vamos a hablar hoy.

Nos vamos a 1981 a recordar un metraje de John Landis titulada “Un hombre lobo americano en Londres”. La música estaba a cargo de Elmer Bernstein y contaba con colaboraciones como Creedence Clearwater Revival entre otros.

Todo comienza cuando David Kessler y Jack, dos jóvenes estadounidenses, se aventuran con sus mochilas a recorrer Europa y para ello cuentan nada menos que con tres meses, lo que les parece una idea verdaderamente interesante.

Los dos protagonistas ajenos a su destino

Cuando los chicos están en Inglaterra, en una zona rural muy poco poblada, los habitantes de la zona les advierten muy seriamente de que no se deben apartar del camino bajo ningún concepto y deben tener un extremo cuidado con la luna.

Ambos aceptaron el consejo aunque pensaron que eran cuentos y leyendas de los pobladores de aquel rincón de Inglaterra y deciden seguir a su propio aire hasta que, estando caminando de noche, escuchan un aullido procedente de unos páramos cercanos, desconociendo totalmente que se trata de una aterradora bestia.

Escena de la película donde se observa la transformación al licántropo

Todas las personas que mata esa bestia se convierten irremediablemente en muertos vivientes que vagarán por la Tierra por la eternidad. Pero no todo va a ser terror, sino que esta película está salpicada con tintes de humor adolescente, tragedia, suspense. Quizá no destaque por ser una formidable película, pero sí que vale para entretenerse un buen rato.

¿La recuerdas?