Volvemos a la televisión para saber más sobre una serie de la que estoy seguro muchos de los que vivisteis más intensamente la década de los ochenta guardáis buen recuerdo de ella. Con el tema musical de Hilario Camacho comenzaba en 1986 esta serie que aún permanece imborrable en nuestra retina y en nuestros recuerdos, “Tristeza de amor”.

Fue una serie que tuvo una grandísima aceptación por el público gracias a la gran calidad de sus actores entre los que se encontraban Alfredo Landa, Concha Cuetos, Carlos Larrañaga o Emma Suárez entre otros, quienes gracias a su buen hacer transmitieron al público la realidad de cada uno de los personajes de la serie mostrando sus sentimientos y problemas con la que más de un espectador pudo haberse sentido identificado.

Tristeza de amor estaba encasillada en lo que comúnmente se denominaba como “drama costumbrista”. Estaba dirigida por Manuel Ripoll y constaba de 13 capítulos de una hora de duración cada uno. En sus capítulos, además de conocerse los devenires de los protagonistas se iban presentando al espectador los entresijos del mundo de la radio mediante una historia curiosa.

Una de las escenas de la serie

La emisora COI es una cadena que está en pleno proceso de producción de un nuevo programa para la franja horaria nocturna. El equipo para conducirlo está formado por Ceferino Reyes (Alfredo Landa) y por Carlota Núñez (Concha Cuetos), quienes anteriormente habían tenido una relación por la cual Ceferino tuvo que irse de España.

Ceferino regresaba a España tras haber sido despedido de la cadena por el director, arruinándole la vida. Por ello busca venganza y urde los más retorcidos planes para deshacerse del director hasta que éste consigue que dimita tras una enrevesada y particular trama de “espionaje”.

Así era Tristeza de amor, una de las series más recordadas de Televisión Española, la cual fue grabada íntegramente en vídeo, al contrario que el resto de las series contemporáneas que se solían grabar en formato cine, siendo la primera grabada en este formato y por la cual Alfredo Landa ganó un TP de oro al Mejor Actor de aquel año.