Aunque los dibujos animados de los que voy a hablar hoy son muchísimo más anteriores que los años ochenta, estoy convencido de que no solo en una, sino en muchas ocasiones habréis visto alguna de las aventuras y desventuras de este dúo televisivo de animación que logró arrancar sonoras carcajadas a más de una generación, estoy hablando de Tom y Jerry.

Estos personajes nacieron en 1940 de la mano de William Hanna y de Joseph Barbera gracias a unos dibujos animados llamados “Puss gets the Boot”, donde hicieron aparición por primera vez el torpe gato y el orejudo ratón.

William Hanna y Joseph Barbera habían conseguido mucha experiencia trabajando para la factoría Disney, hasta que posteriormente comenzaron a trabajar para la Metro Goldwin Mayer y finalmente unieron su experiencia y formaron el inigualable tándem Hanna Barbera que tantos y tantos éxitos cosechó en la pequeña pantalla.

Los protagonistas en una de las escenas de la serie

¿Quién no recuerda haber visto al menos uno de sus capítulos? El gato siempre persiguiendo al ratón y poniéndole las trampas más inverosímiles, pero el ratón siempre se salía con la suya. Era algo así como el Correcaminos y el Coyote o Silvestre y Piolín, otras series de dibujos animados tremendamente famosas.

Persecuciones por una casa que parecía no tener fin nunca, dado que el scroll de fondo corría y corría a la par que los personajes, golpes y saltos imposibles y trampas de lo más descabellado eran algunos de los ingredientes de esta serie de dibujos donde, personalmente, no recuerdo que el gato atrapase nunca al ratón. ¿Llegaría a hacerlo alguna vez?

Una de las últimas producciones donde aparecieron Tom y Jerry nos lleva a los primeros años de la década de los 90, donde parecía que las tribulaciones de tan longevos compañeros llegaban a su fin con una película titulada “Tom y Jerry amigos y no más enemigos”, pero afortunadamente no tuvo mucho éxito y tanto a uno como a otro les siguió tocando perseguir y escapar.