Volvemos a montar en nuestra máquina del tiempo particular y hoy vamos a recordar a “Todo queda en casa”, uno de tantos concursos que la siempre omnipresente TVE emitió en 1986 con cierto éxito gracias a que los participantes eran todos miembros familiares, algo que aún a día de hoy, sigue gustando a los espectadores.

El spot de TVE del concurso decía así:
“Si eres decidido, ingenioso, seguro de ti mismo y tienes una familia que no discute tus ideas, prepara un lápiz y una hoja de papel porque TVE te está buscando, mejor dicho, os está buscando a ti y a tu familia” ¿Para qué? Para participar en el nuevo programa de la noche de los lunes, Todo queda en casa”

Si de concursos televisivos de los ochenta hablamos, a más de uno le vendrían recuerdos de otro de los grandes en TVE durante décadas, “Un, dos, tres” pero el formato de estos programas no era totalmente de concurso sino que al incluir actuaciones musicales, baile, cómicos, etc. le convertían más que nada en un programa de variedades, como muchos otros que optaron por seguir esa exitosa fórmula.

Pedro Osinaga hace escasas fechas

Pero en este programa no había nada de eso, esto era un concurso puro y duro donde la mayor atracción estaba en las preguntas y en el ingenio y la rapidez de respuesta de los participantes.

Era un concurso presentado por Pedro Osinaga, un reconocido actor teatral que hacía esta incursión catódica en TVE con este concurso. Fue elegido por sus tablas frente al público, por su facilidad de palabra y por ser, además de espontáneo, amable y por tener la gran facilidad de conectar bien con la gente.

Junto a el estaba Cristina Juega, la azafata del programa y un ordenador que era el que seleccionaba las preguntas que se formularían a las dos familias rivales en el concurso y que se encargaba también de ir registrando las puntuaciones de cada una.

Todo el mundo tenia la oportunidad de jugar con la edición de mesa

La mecánica del juego puede parecer un poco extraña al principio pero en un solo programa ya se conocían las reglas a la perfección. Como en todo concurso que se precie, había preguntas, pero la característica principal es que en “Todo queda en casa” la pregunta no necesariamente debía tener una sola respuesta sino que podía tener dos, tres, ocho, quince… muchísimas, eso sí cada una con un valor diferente. Para ello el equipo de producción del programa hacía varios sondeos en diferentes ciudades españolas para tener una lista de posibles respuestas y así poder asignar puntuaciones.

Para tener un ejemplo claro, Pedro Osinaga preguntaba: Apellido de un famoso español cuyo nombre sea Juan. Pues los concursantes lo mismo podían decir Juan Echanove (actor), Juan Antonio Díaz Miguel (Seleccionador nacional de baloncesto) o Juan Carlos I (Rey de España). Como veis era tremendamente fácil, lo que hacía que las dos familias compitiesen respondiendo una auténtica retahíla de palabras.

Estas familias debían contestar un número determinado de preguntas, las cuales iban siendo puntuadas y quien tuviera más puntos se llevaba un premio muy especial, un coche familiar, que por aquellos años era un Wolkswagen Passat (!)

Recuerdo que tuvo bastante éxito aunque duro bastante poco en televisión en comparación con las 12 temporadas que llevaban en antena sus homólogos estadounidense y británico, pero la ausencia de este concurso dio paso a otro y a otro más que ya iremos contando en próximos post…