Hoy le llega el turno a uno de mis juegos preferidos de mi niñez, el Tente, un juego de pequeños bloques con los que podrías montar barcos, coches, castillos y un largo etcétera porque las combinaciones eran interminables. Cuando uno se cansaba del castillo podía juntar todas las piezas con cualquier otro modelo y crear uno totalmente único, eso era lo que hacía tan divertido a Tente y sobre todo porque tenías que vértelas y componértelas para que quedase como a uno le gustase.

Aunque Tente hizo su aparición en el mercado allá por 1972 con sus colecciones “Mar”, “Astro”,”Ruta”, “Escorpión”, “Aire” y “Titanium”, aunque su época dorada fue en los años ochenta donde la popular serie “Mar” fue rebautizada como “Oceanis”, aparece la serie “Roblock”, una colección de robots que se podían transformar en vehículos gracias a sus partes articuladas. Éstos estaban claramente inspirados en los Transformers, que por aquel entonces arrasaban en los Estados Unidos.

Uno de los vehículos de la serie «Escorpion»

Astro” una de las series iniciales se vería reforzada a mediados de los ochenta cuando se le dio un nombre nuevo “Cosmic” y se promocionó más su serie que incluía infinidad de piezas con las que poder hacer robots de muchas formas diferentes.

Su nivel de ventas parecía imparable hasta que Lego (la conocida marca de construcción infantil por bloques) denuncia a la marca española por plagio y pretende que ésta pague derechos de autor por usar un formato basado en el que tenían ellos.

El juicio se desarrolló en Israel, país donde ambos compartían mercado y Lego acusó a la juguetera española por plagio y no respetar los derechos de autor, pero el juicio se resolvió a favor de los españoles y Lego tuvo que retirar sus acusaciones.

El Titanic realizado con Tente

Años después y como siempre suele pasar, la patente de Tente fue vendida a otra compañía después de que la fábrica cerrase sus puertas para siempre. En esta ocasión fue Borrás, otra juguetera española de gran renombre la que se haría con los derechos y comenzaría la producción de nuevos formatos.

Naves espaciales, vehículos militares o barcos como el Titanic, Queen Elizabeth o el portaaviones Nimitz eran algunas de las novedades que presentaban después del cierre de la compañía original. Sea como fuese, lo cierto es que Tente nos ha hecho pasar ratos muy agradables solos o en compañía de los nuestros ¿Os acordáis?