En 1981 fue lanzada “Sólo para sus ojos”, una de las películas de la saga Bond que está considerada como una de las mejores de Roger Moore. En esta entrega se dejaron un poco de lado aquellos chistes fáciles que tanto habían caracterizado al popular agente del Servicio Secreto Británico.

En esta ocasión Moore, quiero decir 007, contará con una compañera de reparto de peso, Carole Bouquet, que aunque había basante diferencia de edad entre Moore y ella, la relación era bastante creíble. Todo ello está aderezado con una buena dosis de localizaciones que van desde la montaña hasta aguas infestadas de tiburones.

La trama se centra en un pesquero inglés, que en realidad era un barco espía equipado con un dispositivo llamado ATAC que permitía transmitir órdenes a todos los submarinos de la clase Polaris, un dispositivo que si cae en manos inadecuadas podían usarlo para reprogramar los submarinos para atacar a las grandes ciudades del mundo sin que diera tiempo a que se preparasen para la defensa.

Moore en una de las escenas de la película

Esto origina una carrera entre británicos y soviéticos para hacerse con el ATAC, con la KGB por un lado y Bond por otro en una vertiginosa sucesión de persecuciones y acción a raudales para intentar conseguir el ATAC a toda costa.

Además se mete en la trama Melinda, la hija de unos arqueólogos marinos que estuvieron ayudando de forma secreta al MI6 para localizar el dispositivo, quien solo busca venganza, algo que añade otra historia paralela a la trama central. ¿Podría Bond recuperar el ATAC?

Hay que destacar que esta película tuvo diversas localizaciones y la zona que supuestamente era Madrid, fue grabada en un pequeño pueblo griego. Además también hay que destacar que durante el rodaje uno de los especialistas perdió la vida en una secuencia de la persecución de los trineos.

¿Recordáis “Sólo para sus ojos”?