Y quiero finalizar esta mirada hacia atrás comenzando por Iñaki Fernández, quien fuera voz e imagen indiscutible de Glutamayo Yeyé, quien en su momento aseguró que llegó a vivir bastante bien de la música aunque no lo holgadamente que el hubiera querido, pero que nunca o casi nunca le faltó de nada. Además, según sus palabras: “Cuando no he podido vivir de ella, me he buscado la vida por otro lado”.

Aunque no estoy totalmente seguro, lo último a lo que se dedicó, fue a regentar con un socio su propia tienda de artesanía étnica llamada TamTam, donde se podía comprar cualquier clase de manufactura hecha a mano de diferentes rincones de la tierra, aunque aseguró que después de perder el contacto con el mundo musical, no ha perdido totalmente su relación con ella.

Portada de uno de los discos de Glutamato Yeyé

Después de su etapa con Glutamato, comenzó varios proyectos que no llegaron a cuajar, como Los Beatos, Los Pecadores o Buenas Vibraciones, aunque según declaró, lo hizo sólo para pasar el rato y no perder totalmente relación con una de sus pasiones. Incluso, en uno de sus viajes a Brasil para adquirir artesanía, llegó a grabar un disco con músicos locales y portugueses, pero ninguna discográfica llegó a interesarse por él.

Nacha Pop, otro de los grupos míticos desapareció en los inicios de los noventa. Sus componentes desarrollaron carreras musicales por separado, Antonio Vega, hoy ya tristemente desaparecido, inició su carrera con su propio nombre. Nacho García Vega y Carlos Brooking formaron en 1990, Rico, un grupo que sólo lanzó tres trabajos y que aproximadamente en 1993 se disolvieron.

Nacho sigue ligado al mundo de la música, lanzó su último trabajo el año pasado con «Reiniciando» y Carlos se ha retirado por completo, pero tal como dijo: “Me fui con un buen sabor de boca, he ganado mucho, y no sólo dinero. Es verdaderamente gratificante el poder hacer algo y además que te paguen por ello”.

¿Quién no recuerda a Nacha Pop?

Y para terminar con esta retrospectiva vamos a conocer a Bernardo Bonezzi, un artista que comenzó a cantar a los 13 años con Los Zombies un éxito titulado “Groenlandia” y tras muchos altibajos en el mundo de la música, aunque destaca que fueron más las etapas bajas, ha conseguido hacerse un importante hueco en este difícil mundo y ahora es un popular autor de bandas sonoras para televisión y también para el cine.

En los noventa compuso música para la serie de Antonio Mercero “Farmacia de Guardia” o para “Canguros”. Incluso llegó a trabajar para el mismo Pedro Almodóvar en “¿Qué he hecho yo para merecer esto?”, “Átame” o “Mujeres al borde de un ataque de nervios” además trabajó para otros metrajes como “Morirás en Chafarinas” o “Todo por la pasta”, pero eso ya se remonta a bien entrada la década de los noventa, así que voy a dejarlo aquí.

Hemos visto como la vida da muchas vueltas y quien en su momento estuvo en la cresta de la ola y viviendo los ochenta con excesos, hoy en día todo cambia, hasta las personas, se asientan y unos abandonan sus grupos e instrumentos y se dedican a labores más mundanas, como el resto de los mortales, porque la vida da muchas, muchas vueltas…