Hoy me han venido a la mente decenas o cientos de imágenes de los ochenta pensando sobre qué podía escribir hoy de esta fantástica década y la verdad es que aunque hoy no he tenido mucho tiempo quiero compartir con todos vosotros un ratito intentando haceros partícipes de los recuerdos tan entrañables que tengo de aquella época y de la que tengo la total seguridad que también coincidiréis conmigo en muchos de ellos.

¿Quién no recuerda las meriendas frente al televisor? Yo con lo teleadicto que era, que me tragaba cualquier programa, era algo genial, llegar a casa después de un lluvioso y frío día y que tu mami te secase el pelo y te preparase una bebida caliente con un bocadillo para que pudieras irte al salón calentito y olvidarte del colegio durante unas horas.

También recordé las veces que me caí y me hice sangre, la verdad es que llegué a destrozar infinidad de pantalones y chándales de toda la E.G.B, al final acababa con la ropa llena de sietes por todos lados, pero no me importaba, era algo que va implícito en los años ochenta, rotura de ropa, heridas, mercromina roja y ale, a correr. ¿O no?

Este lo tengo repe… este no lo tengo…

Recuerdo con mucha nostalgia el recreo de mi colegio y a mis compañeros, cosa rara, porque les recuerdo a todos. Unos más empollones, otros más macarras, otros pijillos o por aquel entonces amago, pero todos mis compañeros, con los que reía, corría y cambiaba mis cromos más preciados por alguna colección que no tuviese o por ese cromo que se me resistía.

También me acuerdo de mis actividades extraescolares, además del deporte, como el pirograbado, pero lo tuve que dejar porque era un verdadero pirómano, no contento con quemar mi propia tabla con los dibujos previamente calcados gracias al papel cebolla, tenía que quemar los de mis compañeros y compañeras con el pirograbador. ¡Era un arma genial!

Y tantos y tantos recuerdos que me vienen a la mente como si tuviese una fuente en mi mismo cerebro que cuando sale uno ya está brotando otro. Supongo que os pasará lo mismo, pero lo mejor de todo es que los malos recuerdos o los muy malos, han ido quedando relegados a una parte muy oscura de mi cerebro y no tengo la llave para abrir esa zona.

¿Qué momentos recordáis con más cariño vosotros?