En la segunda mitad de la década de los ochenta comenzaron a aparecer en los salones recreativos grandes máquinas que nos permitían vivir una experiencia más “realista” en cuanto a juegos se refiere. ¿Quién no recuerda el After Burner? Seguro que más de uno disfrutó en infinidad de ocasiones de aquel gran armazón con un asiento como el de un caza de combate y una palanca ad-hoc para dar más realismo.

Los juegos de coches también experimentaron su auge con el título que vamos a recordar hoy, uno de los grandes clásicos y que supuso toda una revolución en cuanto al mundo de los videojuegos, Out Run, juego lanzado por SEGA en 1986 y que cosechó un grandísimo éxito en todo el mundo.

Imagen de una de las pantallas del juego

Nuestro coche era un fantástico Ferrari «Testarossa” descapotable y estaríamos acompañados por una rubia, presumiblemente nuestra novia. Pero devaneos amorosos aparte, nuestro fin era el de llegar a la meta final antes de que se acabase el tiempo.

Para ello contaremos con un tiempo que se iría ampliando a medida que fuésemos atravesando las diferentes etapas. Tendríamos también la oportunidad de elegir diferentes caminos y en caso de llegar al final contaríamos con 5 finales diferentes, donde nuestra acompañante haría una cosa u otra, simplemente era cuestión de elegir bien la última etapa.

Estructura exterior del popular Out Run

Algo que llamaba mucho la atención era su pegadiza música que nos iría acompañando durante todo el trayecto y que tendríamos que escoger justo antes de salir, sintonizando la radio. Recuerdo que un día comprando una revista de esas de videojuegos la regalaban en cassette y aún la tengo por ahí, aunque también reconozco que pude conseguirla mediante Internet y la tengo en buena calidad.

Sin duda, un juego que me hizo pasar un montón de horas entretenido intentando llegar a ver todos los finales posibles, aunque creo que solo pude desvelar tres. ¿Y vosotros?