Prosigo con mi andadura recordando los inicios de una de las estrellas musicales, conocida como “la reina del pop”, Madonna. En el primer post sobre sus inicios me había quedado en su llegada a Nueva York y su búsqueda de trabajo como bailarina.

Una vez asentada en la ciudad y con cierta fama, las fotos donde había posado desnuda quisieron ver la luz y las personas que tenían en su poder varias copias chantajearon a Madonna, cosa con la cual tuvo que luchar durante muchos años y con lo que aprendió a vivir. Todo ello ocurría mientras estudiaba con la gran bailarina de danza moderna Martha Graham, lo que le ayudó bastante en su carrera como bailarina.

Tal fue su progresión que comenzó a trabajar con el francés Patrick Hernández, uno de los números uno de la música disco (quien no se acuerda del fantástico “Born to be alive”…) Durante la gira mundial de Patrick allá por 1979, Madonna conoció a Sam Gilroy, quien poco tiempo después se convertiría en su amante y con quien formaría su primera banda de rock en Nueva York, llamada The Breackfast Club.

Madonna con Patrick Hernández

En esta banda, Madonna tocaba la batería, posteriormente la guitarra y finalmente sería la cantante, pero esto duraría poco tiempo dado que en 1980 formaría Emmy, con su por aquel entonces novio Stephen Bray. Y ese grupo fue tan fugaz como su novio, ya que Madonna comenzó a componer y a producir sus propios temas interpretándolos en varios lugares de moda de la ciudad como eran el Danceteria y el Kansas Kansas, donde un popular DJ de Nueva York se hizo con una copia de sus temas y se la entregó a Seymour Stein, productor de Sire Records. Y no solo tuvo suerte en el mundo musical sino que consiguió su primer papel como protagonista en la cinta independiente “A certain sacrifice

Una escena de «A certain sacrifice»

Ya en 1982 Madonna escribió un par de canciones que fueron compradas por Sire Records a razón de 5.000 dólares cada una. Su primer single en solitario se tituló “Everybody” pero no tuvo un gran éxito. En parte se debe a la portada del single, que carecía de una imagen de la cantante y muchas emisoras de R&B asumiendo que se trataba de una cantante afro-americana, comenzaron a pinchar su tema, pero poco tiempo después, cuando la productora aclaró que Madonna era blanca, la gran audiencia negra le dio un poco de lado.

Hasta aquí la segunda parte de esta serie de post dedicados a Madonna. En las siguientes entregas iremos conociendo cómo poco a poco fue lanzando sus primeros discos y todo lo que fue viviendo durante la década de los ochenta.