Hoy en día contamos con los mejores secadores de pelo que pudiéramos imaginar. Dispositivos que están muy lejos de los que usábamos en los ochenta y sobre todo, mucho antes. La comodidad y seguridad que nos proporcionan los secadores actuales es una de sus características más destacadas, además de sus resultados.

Aquellos secadores de los ochenta

Los primeros secadores de pelo eléctricos se inventaron en Francia allá por el año 1890, pero no nos vamos a ir tan atrás. Sólo decir que con el paso del tiempo se fueron añadiendo notables mejoras para hacerlos más efectivos.

A pesar de ello, en la década de los ochenta eran dispositivos bastante espartanos. Si querías uno que durase mucho tiempo había que comprar uno profesional y era bastante caro. Aún así, comprando un secador de estas características, nada te aseguraba que durase mucho tiempo.

En los ochenta, los secadores se basaban principalmente en una resistencia y un motor para mover el aire. El aire entraba por la parte trasera del secador, la resistencia calentaba el aire y éste salía despedido por la parte delantera. Un sistema muy sencillo pero que carecía de puntos de gran importancia.

Uno de ellos era el control de calor, algo que no tardaría mucho en aparecer en los secadores profesionales. Cuando se llevaban varios minutos seguidos usando el secador, éste adquiría una alta temperatura. Por tanto si no se apagaban, el plástico de la carcasa comenzaría a hincharse y deformarse.

Con el tiempo se incorporó un controlador de temperatura para que cuando se llegase a cierta temperatura, el secador se apagase de manera automática. De esta forma, el secador tendría una vida operativa mucho más larga y no habría que llevarlo a reparar o comprar uno nuevo.

Hoy en día, todos incorporan ese dispositivo, además de otros sistemas de seguridad para una máxima duración. Poco o nada tienen que ver los secadores de hoy en día con los de los ochenta. En el mercado podemos encontrar modernos dispositivos para secarnos el pelo, como los secadores iónicos.

Cómo funcionan los secadores iónicos

Dentro de estos secadores se encuentran dispuestos un gran número de pequeños alfileres de acero inoxidable. Están cargados de un voltaje muy alto, capaz de crear un campo magnético muy fuerte cerca de las puntas.

Aplicándoles un voltaje negativo a los alfileres, el campo aumenta la energía de los electrones libres. Estos se aceleran y chocan con las moléculas del aire y algunas de ellas pasan a pertenecer a las moléculas del aire, que ahora son iones negativos.

Si se aplica un voltaje positivo, los electrones que hay en las capas exteriores del átomo se desprenden generando iones positivos. Estos interactúan con el aire y el agua que hay en el pelo y no modifican la carga eléctrica del pelo sino el de las moléculas que las rodean, consiguiendo un secado excepcional y respetando la salud del pelo.

¿Recuerdas los viejos secadores de los ochenta?