Evolución de los cuadernillos Rubio

Aunque ya he hablado superficialmente sobre los cuadernillos Rubio hace unos cuantos años, hoy quiero profundizar un poco más en ello. Eran el compañero de verano para estar preparados para septiembre, aunque tiempo después aparecerían los cuadernos de Vacaciones Santillana. Pero eso es ya otra historia.

Cuadernillos Rubio para aprender a escribir

¿Tenías una escritura horrorosa? No hay problema, con estos cuadernillos tu caligrafía se entendería sin problema. Lo más básico era hacer letras tomando como ejemplo otras muy redondeadas y perfectas. Como si fuera un pasatiempo, para que fuéramos aprendiendo mientras te divertías.

Cuando ya habías dominado cómo hacer correctamente las vocales, pasabas a las consonantes y luego a palabras sencillas. Así eran los ejercicios más básicos de estos cuadernillos que tanto nos gustaban porque eran muy simples.

La historia interminable

A medida de que nos hacíamos los jefes dominando bien la escritura, la dificultad de estos cuadernillos se iba complicando. Muchos comenzábamos a cogerles de rabia porque nunca se acababan. A medida que aprendíamos una cosa y pensábamos que no había más… siempre llegaban otros nuevos para enseñarnos más cosas.

Cuando nuestra letra pasaba de ser un jeroglífico egipcio a letra de médico ya estábamos listos para el siguiente paso. La colección de estos cuadernillos era interminable, mucho más que la historia de Michael Ende. ¿Se acababa la caligrafía? No hay problema, hay muchos de matemáticas. ¡Horror!

Lo reconozco, nunca se me dieron bien las matemáticas y encontrarme con estos cuadernillos de operaciones era una pesadilla. Como todos, la curva de aprendizaje era bastante suave con todos.

Por ello se comenzaba con sumas y restas de lo más sencillo, para que no le cogiéramos miedo. Pero aquello era un “engaño”, pronto las cosas se complicarían, pero poco a poco, con multiplicaciones y divisiones.

¿Dónde habían quedado aquellos cuadernillos de unir una línea de puntos o los de colorear? Comenzábamos a darnos cuenta que el estudio no siempre iban a ser juegos y colores.

Ejercicios hasta en vacaciones

Lo que menos me gustaba es cuando acababa el colegio y pensábamos que no veríamos esos cuadernillos verdes hasta septiembre. Gran error, Rubio (quién sería ese hombre…) nos tenía preparado una sorpresa. ¡Cuadernillos Rubio especiales para vacaciones de verano! Menuda pesadilla…

Pero no solo nos los mandaban para el verano sino que también había regalo para las vacaciones de Semana Santa e incluso especiales para Navidad. Recuerdo que en llegué a odiarlos pero ahora, cuando echo la vista atrás, me doy cuenta de su utilidad.

Muchos aprendimos a sumar y a restar de esta manera. A escribir de una forma legible y a conocer muchas cosas que fueron ayudándonos en los estudios con los años.

¿Quién iba a pensar que aquel señor que los inventó en 1956 nos ayudaría tanto? Hoy en día siguen vendiendo millones de estos cuadernillos para niños entre 3 y 13 años. Se dice que editan más de cuatro millones cada año y que ya no solo hay caligrafía, colorear o matemáticas.

También podemos encontrarlos en Internet, para que solo haya que descargarlos e imprimirlos. De esta forma ayudaremos a nuestros peques a que poco a poco vayan adquiriendo esos conocimientos tan importantes. ¿Qué recuerdos te traen a ti los cuadernillos Rubio?