Seguro que todos, entre los que me incluyo, en vuestra época de estudiantes colegiales tuvisteis algo de envidia por esa chaqueta o camiseta tan chula que tenía vuestro compañero o compañera o algo que siempre se miraba, más que el resto de la ropa, las zapatillas deportivas.

Tener unas zapatillas caras era como sinónimo de ser diferente y ser más respetados (o eso se debían creer ellos) y siempre estaba alguno vacilando de sus fantásticas deportivas y lo que le habían costado (mentira cochina, se las pagarían sus padres, no él) y muchos pues era como si les idolatrasen.

Yo la verdad es que nunca fui de hacerle la rosca a nadie y si tenían unas Nike o Reebook pues mira… mejor para ellos. Entre mis marcas se encontraban Saucony, marca muy conocida en el mundo del atletismo, y una marca que no es muy famosa, al menos en España, pero que tienen una gran calidad, Rucanor.

¡Ponte las Paredes y despega!

Y ahí iba todo contento con mis playeros, fueran de marca o no, a mi me gustaban y punto. Y diréis… ¿por qué nos cuenta esto? Pues porque hoy quiero compartir con vosotros una de las marcas españolas más conocidas de los ochenta y que seguro que vestisteis o vosotros o algún hermano mayor.

Seguro que más de uno ya estará pensando en marcas españolas y muchos coincidiréis: Paredes. ¡¿Cómo olvidarse de esta marca tan mítica?! Eran de lo más asequible y te salvaban de muchos apuros, sobre todo cuando no había mucho dinero para comprar.

Buscando en Internet me he encontrado con el anuncio y me ha hecho bastante gracia: “Abróchate las Paredes Y DESPEGA. Toma velocidad y despega, levanta el vuelo. Ves por delante, tú que puedes, empezando por lo más importante del equipaje para hacer cualquier deporte: el calzado. Por elasticidad, ligereza, agarre y comodidad, porque todo está pensado y cuidado. Paredes, llegar a famoso es cosa tuya, pero Paredes te ayuda”.

¿No es tronchante? Pues os haga gracia o no, estáis ante uno de los iconos de calzado deportivo de los años ochenta en España.