Hoy vamos a recordar una de las tragedias más sonadas de la década de los ochenta y que muchos de nosotros tuvimos la oportunidad de ver, bien fuese en directo o en diferido. Fue el peor accidente de la carrera espacial y del que seguro que solo con esta información (si no hubierais mirado el título de la entrada) ya sabéis de qué se trata.

Ocurrió el 28 de enero del año 1986, cuando poco más de un minuto después de despegar desde el Cabo Cañaveral en Florida, el trasbordador espacial Challenger, quien ya contaba con nada menos que nueve vuelos en su haber, explotó a una altura de unos 16.000 metros, ocasionando la muerte de todos los tripulantes.

En este fatídico vuelo perdieron la vida el comandante Francis Scobee, el piloto Michael Smith, los especialistas Ronald McNair, Ellison Onizuka, Judith Resnik y Gregory Jarvis. Cabe destacar también la presencia de Christa McAuliffe, la primera civil que participaba en una misión espacial. Era profesora y había ganado el viaje en un concurso conocido como “Un profesor en el Espacio”.

La tripulación de aquella fatídica misión

Pasado el tiempo después del fatídico accidente, desde una comisión del gobierno llegaron a la conclusión de que esta desgracia podía haberse evitado. Se basaron principalmente en el aviso que hicieron varios ingenieros, los cuales advirtieron que uno de los componentes del trasbordador estaba defectuoso.

Pese a la advertencia la NASA decidió continuar con la misión en la fecha prevista dado que ya lo habían retrasado en varias ocasiones y así el problema no se pudo solucionar y ocurrió lo que todos sabemos, causando una gran conmoción no solo en Estados Unidos sino en todo el mundo.

Muchos de los componentes del programa se quedaron completamente destrozados y en total desacuerdo con el sacrificio que hizo la NASA de sus compañeros en detrimento de una misión espacial. Muchos de ellos fueron sustituidos y finalmente se suspendieron los vuelos de transbordadores por dos años y se prohibió la presencia de civiles en los mismos.