Exactamente 18 días antes que la tragedia de Heysel, de la que ya os hablamos hace un tiempo, ocurría otra tragedia en el fútbol inglés, exactamente el 11 de mayo de 1985 en el estadio de Valley Parade, en la localidad inglesa de Bradford, donde fallecieron 56 personas y más de 265 resultaron heridas después de un incendio en las tribunas.

En este estadio se iba a celebrar el último partido de liga entre el Bradford City y el Lincoln City, donde el Bradford celebraba su ascenso a la Second Division. Antes del final de la primera parte se produjo un incendio en la tribuna principal, la cual databa del año 1908.

Don Shaw, árbitro de la contienda, avisado por uno de sus jueces de línea, suspendió el encuentro y muchos de los espectadores saltaron al terreno de juego para ponerse a salvo, fueron los que más suerte tuvieron. Aquellos que quisieron escapar por la zona de entrada al estadio se equivocaron, dado que para evitar que los espectadores se colasen sin pagar en el estadio, cerraron las puertas.

Una de las imágenes del fatídico momento

El origen del incendio se supone que pudo ser un cigarro o una cerilla mal apagada, lo que hizo que con los restos de basura acumulada a lo largo de los años bajo los asientos, y la madera de las gradas, hicieron que en cuestión de minutos la grada se convirtiese en un verdadero infierno y pronto se desplomó pasto de las llamas.

Las autoridades británicas decidieron establecer una nueva legislación para combatir la inseguridad y actos vandálicos en los recintos deportivos pero tuvo que ocurrir otra tragedia (de la cual también hablaremos) en 1989, la de Hillsborough, donde fallecieron 96 aficionados.